sta de Jime
mento, una burbuja tranquila de paz y felicidad. Ahora tenía dieciocho años, ya no era una niña, y nuestra r
extranjero por un viaje
Limón -prometió, besándome en el ae
se fue, empecé a sentirme mal. Una náusea persistente por las mañanas, una fat
ntrecano, me hizo una serie de preguntas y luego algunos anál
jo-. Estás
aire, eléctrica y aterradora. Emba
ánico. Un hijo. Un pedazo de él, un pedazo de mí.
embarazo -dijo la doctora en voz baja-,
do instintivamente a mi vientre pla
emasiado. Cuanto más avanzado es
enía que decírselo a Bruno. Marqué su número internacional, mis mano
to, alguien con
z de mujer, somn
gre se
pregunté-. Busco
dijo la mujer con un b
ono mientras él estaba en la regadera. E
na -mentí, las palab
ijo la mujer, pero luego gritó-: ¡Bruno
, luego su voz, car
ngo he
de mis labios. La línea
o, rezando para que sonara, rezando para que hubiera
ca
ús de vuelta a la mansión Harvey. No sé qué buscaba. ¿Una explicación?
suficiencia y triunfo se
usto iba a
as para que
lgo que
con el brazo firmemente alrededor de una mujer hermosa y de aspecto sofisticado.
a? -susurré, m
t. Su novia. Han estado juntos por años. Su familia e
etí, mi gargan
runo... puede que juegue con una chica como tú por un tiempo. Es una di
palmadita e
tu vida suspirando por alguien que
odiaba. Sabía que no soportaba que Bruno me hubiera elegido a mí, aunque fuera temporalm
defenderme, pero
brillando con malicia-,
Bruno contestó al
na aquí conmigo. Parece estar bajo algunas... ideas equ
voz. Podía oír los sonid
diversión-. Dios, ¿todavía sigue con eso? Dile que solo fu
un
r el sol se hizo añicos, y me quedé en los fríos y duros escombros. Todo era una mentira. Los dos años de fel
su sonrisa más a
aba, la chica que amaba, murió en ese momento. Una nuev
o a mí misma-. Necesito seguir adelante. ¿Puedo pedirte dinero pr
rectamente
ré. Cada mes.
ra, y tan encantada con la perspectiva de deshac
quier cosa para ayudarte a recuperarte. -Me extendió un gen
erás a ver
supe que mi existencia en su vida era caminar por la cuerda floja. Por eso me había e
alí de ese jardín
s. Me acosté en la mesa fría. Y dejé que sacara
oleto de autobús de ida a una ciudad que solo había visto en un mapa. Mientras el autobús se

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