sta de Jime
oce, mi mundo se hi
n. Los cajones estaban abiertos, los clósets también. Catalina es
e se ha
emergencia, incluso el dinero que había heredado de sus padres. La había dejado en la rui
ó el teléfono, se giró hacia mí
susurro se convirtió en un gr
bre mí, sus ma
ulpa! ¡Tú y tu
cabeza, mi espalda, mis brazos. Me acurruqué en el suelo, tratando de protegerme, pero las patadas y l
spués de que su rabia se calmó, una fría practicidad se ap
mos, me habló, su
ue lo hago, veo su cara. Veo lo que
helado pavor l
ca-. Por favor, Catali
vuelta con el padre que te abandonó?
Eres todo lo que tengo. Tú y Amalia. Son mi familia. -Era una mentira, pero er
tropellándose-. No como mucho. Puedo trabajar. Pu
ora era una madre soltera, sin dinero. Necesitaba trabajar. ¿Quién cu
rtando su mano-. Pued
tado de dos en una mala zona de la ciudad. Catalina y Amalia con
sayuno. Comía sus sobras de pie junto al fregadero. Limpiaba el departamento de arriba abajo. Las esperaba h
atorce años ahora, y el abismo entre nuestras vidas era demasiado ancho para
fueron reemplazados por revistas de moda y charlas sobre chicos. El vínculo forjado s
ervía la cena, levant
de agua. -No era una p
de servir, fui a la alacena y le tr
taba desesperada. Veía a hombres ir y venir, pero uno comenzó a quedarse.
esperanza, de escape. Y cuando sus ojos se posaban en mí, tenían una mirada
cuché hablar por
a. Amalia. Es una
golpe físico. Me estaban borr
é después d
martilleando contra mis costilla
mezcla de lást
. Él tiene una nueva
malia estaba
mena no viene, ¿quién va a lavar mi r
a queja sobre su propia futura in
. Y por primera vez, sentí algo más que un deseo de complacerla. Sen
una blusa que había cosido yo misma con los restos de una vieja de Catalina. Caminé detrás de ell
altos. Un chico estaba recostado en un lujoso sofá en la
Por qué está vestida como una sirvienta? -preguntó, señalándome con un dedo perezoso.
, dando un paso adelante. Sonrió cálidamente a Catalina. Parecía que ya le
ia -dijo Catalina, emp
-dijo Amalia, su voz
nte. Sacó una pequeña caja bellamente en
a revelar un collar
res
a? ¿No le
vey pareció
ho, Jimena. No est
e, manteniendo los ojos en
ca con una cama con dosel. A mí me llevaron a una habitación pequeña y sencill
ués de años en un sofá en una sala, se
na por un vaso de agua. Al pasar por el estudio del s
a, Jimena... solo mantente alejado de ella. Su padre era un ladrón que
o Kane-. No te pr
n el pomo de la puer
choqué de frente con una pared sólida de u
ió haber sali
o-. Me diste un susto de muerte. ¿Q
no haber oído nada. Mantuve la cabeza
o. Parecía tan patética, tan asustada, qu
sando a mi lado y subi
tudio, luego corrí de vuelta a mi pequeña habitación, las palabra
blecida. Amalia estaba recibiendo clases particular
plata, una sirvienta silenciosa e inv

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