img Mi Primer Amor, Mi Última Venganza  /  Capítulo 4 | 40.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 4

Palabras:1541    |    Actualizado en: 23/10/2025

sta de Jime

os después de que nos mudáramos a la mansión Harvey, dos

abello castaño ondulado que le caía sobre la frente y una sonrisa que parecía calentar t

jando caer una maleta de

ina, así que debía saber sobre

ñor Harvey, su rostro iluminándos

bonita que en las fotos. Luego sus ojos, de un azul cálido y brillante, me encontraron. Yo e

ño y amistoso sa

ando lo hice, su atención ya había sido capturada

n volvis

le a su hermano en voz baja, señalando

ra que yo lo oyera-. Es la hermanastra. La de los padres bue

ocina, mi lugar legítimo. El sonido de su risa feliz y reunida

amente me moví para comer en la cocina

O

a. Bruno estab

ento para t

y el señor Harvey ya estaban sentados. No habían dicho una pa

Harvey, notando mi vacilaci

acía junto a Bruno. La conversación fluía a mi alrededo

z casual pero con un filo-. Oí que Jimena ha sido

de mi boca. Mi corazón comenzó a latir c

uso un trozo de pol

o delgada. Debe

lector, y yo sabía lo que le pasaba a la gent

rzó una son

diligente. Nos asegurar

me lanzaba una mirada. Era puro

solo s

ie

plato, la comida sin sabor en mi b

cuarto. No pasó mucho tiempo antes de qu

haciendo? -siseó, su

qué te

migo. ¿Seduciéndolo? ¿En

uiera lo había conoci

e contigo? -exigió, agarrándome del braz

susurré, si

-. Aléjate de Bruno Harvey. Está fuera de

voz apenas aud

é allí, temblando, cuando noté una sombra en el pas

rado allí. Lo h

ía sido una actuación. Un acto deliberado para provocar a Catalina. No sabía por

syerbando el jardín cuando

o? -preguntó, sin levant

-dije en

imena. Tus padres no fuer

eron a mi hermana un nombre bo

upongo

as ido a la es

N

bes

Palabras

sus ojos azules es

contigo?

Y allí estaba ella, una silueta en

illosa. Catalina y el señor Harvey, ambos son tan buenos conmigo

isa de complicidad jugando en sus

un departamento para mí en el centro. Más cerca

iagadora, tan aterradora, que no podía respirar. ¿Pero irme con él?

mudeé-. No tengo diner

mo un animal hermoso y peligroso. No s

tándose-. Cuando te de

espués, Catalina ma

e dijo?

los, una batalla tácita por el pode

igiendo mis palabras con cuidado

eció satisfecha con eso. Se d

e, en el desayuno, B

al departamento del ce

-preguntó el señor Harvey,

no con suavidad. Ya le habían dado un p

ntas contigo, para que cocin

gó con l

iró directamente-.

os sobre mí. No sabía qué hacer, si asentir o negar con la

cuidarte? -se

una confianza inquebrantable.

la puerta. Estaba

paje -dijo, volv

ropa g

aquí -dije-. Podemos

onrisa genuin

ta cómo

de libertad. Miré la ciudad a través de la ventanill

s, zapatos, ropa interior. Nunca en mi vida había tenido una prenda de ropa nueva

rriendo por mi cara. No dijo nada. So

uda que tuviera sobre él se

a, así que aprendió a cocinar, llenando nuestro pequeñ

ija -decía-, me aseguraré

rante horas, enseñándome a leer, a escribir, a hacer matem

me elogiaba, y yo

de, le

arme un nu

o escribió una palabra en

n poco dulce -dijo,

razando las letras con

go, mi protector. Mi mundo. Y me e

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY