sta de Jime
os después de que nos mudáramos a la mansión Harvey, dos
abello castaño ondulado que le caía sobre la frente y una sonrisa que parecía calentar t
jando caer una maleta de
ina, así que debía saber sobre
ñor Harvey, su rostro iluminándos
bonita que en las fotos. Luego sus ojos, de un azul cálido y brillante, me encontraron. Yo e
ño y amistoso sa
ando lo hice, su atención ya había sido capturada
n volvis
le a su hermano en voz baja, señalando
ra que yo lo oyera-. Es la hermanastra. La de los padres bue
ocina, mi lugar legítimo. El sonido de su risa feliz y reunida
amente me moví para comer en la cocina
O
a. Bruno estab
ento para t
y el señor Harvey ya estaban sentados. No habían dicho una pa
Harvey, notando mi vacilaci
acía junto a Bruno. La conversación fluía a mi alrededo
z casual pero con un filo-. Oí que Jimena ha sido
de mi boca. Mi corazón comenzó a latir c
uso un trozo de pol
o delgada. Debe
lector, y yo sabía lo que le pasaba a la gent
rzó una son
diligente. Nos asegurar
me lanzaba una mirada. Era puro
solo s
ie
plato, la comida sin sabor en mi b
cuarto. No pasó mucho tiempo antes de qu
haciendo? -siseó, su
qué te
migo. ¿Seduciéndolo? ¿En
uiera lo había conoci
e contigo? -exigió, agarrándome del braz
susurré, si
-. Aléjate de Bruno Harvey. Está fuera de
voz apenas aud
é allí, temblando, cuando noté una sombra en el pas
rado allí. Lo h
ía sido una actuación. Un acto deliberado para provocar a Catalina. No sabía por
syerbando el jardín cuando
o? -preguntó, sin levant
-dije en
imena. Tus padres no fuer
eron a mi hermana un nombre bo
upongo
as ido a la es
N
bes
Palabras
sus ojos azules es
contigo?
Y allí estaba ella, una silueta en
illosa. Catalina y el señor Harvey, ambos son tan buenos conmigo
isa de complicidad jugando en sus
un departamento para mí en el centro. Más cerca
iagadora, tan aterradora, que no podía respirar. ¿Pero irme con él?
mudeé-. No tengo diner
mo un animal hermoso y peligroso. No s
tándose-. Cuando te de
espués, Catalina ma
e dijo?
los, una batalla tácita por el pode
igiendo mis palabras con cuidado
eció satisfecha con eso. Se d
e, en el desayuno, B
al departamento del ce
-preguntó el señor Harvey,
no con suavidad. Ya le habían dado un p
ntas contigo, para que cocin
gó con l
iró directamente-.
os sobre mí. No sabía qué hacer, si asentir o negar con la
cuidarte? -se
una confianza inquebrantable.
la puerta. Estaba
paje -dijo, volv
ropa g
aquí -dije-. Podemos
onrisa genuin
ta cómo
de libertad. Miré la ciudad a través de la ventanill
s, zapatos, ropa interior. Nunca en mi vida había tenido una prenda de ropa nueva
rriendo por mi cara. No dijo nada. So
uda que tuviera sobre él se
a, así que aprendió a cocinar, llenando nuestro pequeñ
ija -decía-, me aseguraré
rante horas, enseñándome a leer, a escribir, a hacer matem
me elogiaba, y yo
de, le
arme un nu
o escribió una palabra en
n poco dulce -dijo,
razando las letras con
go, mi protector. Mi mundo. Y me e

GOOGLE PLAY