/0/20088/coverbig.jpg?v=74065775275012da79bc4d4ecc42bb60)
óptero para su perro. Le llamé, rogándole que enviara su helicópte
a, vi la razón en Instagram. Su amante, Bárbara, posaba con el helicóptero, agrade
del accidente de auto que siguió, la rescató a ella de los r
pero el golpe final vino de mi abogado. Nuestro matr
de vuelta. Él construyó un imperio sobre mis espald
ítu
sta de Jose
ante de mi esposo necesitaba
en mi cabeza sin parar. Es e
te y frenético del monitor cardíaco de Kiara era la única música en
izondo, con el rostro sombrío-. No tenemos el equipo aquí. Su
iara. Su corazón... está fallando. Necesitan llevarla a Houston.
ido. Su voz, usualmente tan imponente, era el salvavid
nutos. Luego sesen
con el teléfono pegado a la oreja. Le llamé de nuevo. Y
ónde está el helicópte
se está apaga
av
u voz era apresurada, fastidiada. -Fi
perdiendo finalmente el control-. ¡El helicóptero no
en el fondo, un sonido tan fuera de lugar que se sintió como un golpe fí
ono cortante-. Surgió una verdadera emergencia. Tuve qu
tó. Una notificación de su lado. Me ha
dedos entumecidos y cayó con es
pitido frenético de la ha
n único tono, ensorde
e significab
orazón pareció detenerse, congelado en mi
io suavemente hacia una silla. Alguien me entregó mi teléf
í es
raz
m de Bárbara Beltrán. Un video
que llevaba un diminuto collar con incrustaciones de diamantes. Detrás de ella, brillando bajo el sol, estaba el helicóptero
bien! ¡Un enorme agradecimiento a mi héroe, Javi, por enviar su jet-cóptero pr
o. Su
e comió un
de mi herma
la mitad recorrió mi cuerpo. Tuve arcadas, pero n
i - Esposo. Pasé por Mamá. Pasé por todos en los que pensé que podía conf
iempre me había mirado con más calidez de la que creía merecer. Ahora un inv
al primer
a tranquila, firme. Lo primero firm
as. Un sollozo ahogad
mbiando, volviéndose urgente-. Dime
nombre de
uince minutos -di
podía quedarme aquí. No podía quedarme en
voz rota-. ¿Puedes hace
cio. No de duda, si
o nombre, nuevos documentos, un lugar seg
alabra como una or
hecho -dijo-.
agram de nuevo, como una polilla atraída por
rbara, sonriendo triunfa
figura de pie justo detrás de Bárbara. Era Javi. Estaba sonriendo, con e
feliz. O
ida mientras la más importa
stra del verano pasado, con los brazos alrededor del otro, riendo a la cámara. Kiara, tan llena de vida, sus dedos
salir del hoyo. Yo era una estudiante de música, tocando mi violonchelo en bares llenos de humo para pagar
do el capital inicial para su primer proyecto inmobiliario. Yo manejaba sus cu
convertiría en nuestra primera mansión-, te construiré un castillo. Un
lo. Pero el hogar ya no ex
ia ya no
vi y Bárbara quemándose en mis párpados. Mis dedos trazaron el rostro sonriente de Kiara en la pantalla de mi teléfono.
aplastándome, sofocándome. No
neraria, el certificado de defunción. El mundo
sando mi historial de mensajes con Javi. Sus respuestas se habían vuelto más cortas durant
restaurante favorito durante tres horas. Me había enviado un mensaje tarde esa noche: "Lo sie
as de champán, chocando contra un fondo de la Torre Eiffel de noche. La mano del hombre en la
tan descuidada. No era solo
ía engañado. M

GOOGLE PLAY