img Quemando su imperio por mi hermana  /  Capítulo 2 | 10.00%
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Historia

Capítulo 2

Palabras:1175    |    Actualizado en: 20/10/2025

sta de Jose

en mis huesos como un frío permanente. Priorizar a Bárb

que ella presumió en redes sociales al día siguiente. Mientras tanto, el tratamiento experimental que los médicos de Kiara habían re

mencionado casualmente que pensaba que las colinas onduladas serían un lugar perfecto para un viñedo algún día, y no quería

o, que había justificado, ahora se alineaban como sold

l jardín de rosas del conservatorio local, su lugar favorito. El aire era dulce con el aroma de las flores en flor, un contrast

Ja

rarme. Mi asistente no me dijo. Vuelo

página en el periódico local. No se había enterado porque no había estado buscando. No le había importado lo suficiente

pero fue persistente. Finalmente, conte

quiere

comenzó, su voz cargada con una actuación de du

escapando de mis labios-. Tú fuiste quien de

a la defensiva-. El perro de Bárbara, él.

, cada palabra un trozo de hielo afilado-. Dime, ¿en qué mundo el dolor de est

no pensé... Bárbara e

gosa en el fondo, arrullando su nombre. -¿Jav

e como gasolina en l

-dije, mi voz te

, esp

s de sus mentiras, no con la voz de el

mi abogado había preparado meses atrás, durante un fugaz momento de claridad después de que sospeché por primera ve

a era un lu

imonio" años atrás. Dijo que era una ceremonia privada, solo para nosotros, para mantener las cosas simples y fuera del ojo público mientras su nego

destapaba una pluma. La firma fue n

por correo electrónico a mi abogado con un

solo un edificio lleno de fantasmas y promesas rotas. Solo volví por una razón: las pinturas de Kiara. Hab

s costillas. Mientras me acercaba a pie, vi su auto, un deportivo bajo y

uería tomar las cosas de Kiara e irme sin una confrontación. Me deslicé por

des puertas de crist

su cabello, su boca devorando la de ella. No era un beso tierno. Era h

e terracota, mi cuerpo temblando. Verlos, en mi casa, en el espacio donde hab

fuerza, tratando de

jardín de rosas que Kiara me había ayudado a plantar. Javi tenía

su voz flotando en el aire quieto-. Pero

-Estaba pensando lo mismo. La derribarem

as palabras que una ve

ededor de su cuello, besándolo profundam

nde su risa todavía resonaba en los pasillos si escuchaba con

las pinturas del ático. El alma de Kiara, capturada en l

a, mi rodilla raspó contra la áspera terracota.

ue suf

jo mi pie. Las cabezas de amb

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