e Bárbara. Le encantaba este juego, le enc
itó, aplaudiendo-. ¡Va
inclinó, su voz un susu
oportando. No l
ltitud a una habitación que parecía una sala de juegos de alta tec
hacerme lo más pequeña posible. Alejandro tomó el s
ó a mi lado, sin decir una palabra. El espacio entre nosotros estaba car
de la habitación. Sus ojos, fijos en Alejandro sent
etujó en el sofá, justo entre Alejandro
por un momento, pero luego se desvió,
nía que admitir que, al verla, podía ver el abismo entre nosotras. Ella había n
esa, el líquido ámbar prometie
s labios, la mano de Alejandro se
bes que no aguant
s confusos momentos de cuidado que me había
as ese cóctel que te encantaba, Alejandro? ¿El que tenía esos amargos peruanos raro
jandro se suaviz
e la mejor bebid
, mirándome con lást
a estar juntos", "Ella es la única que realmente lo entiende". Yo era la
do su victoria,
Siete Minutos en el Pa
eros aleatorios emparejaría a las personas. La pareja con la puntuación combinada m
sus ojos puestos en
ado. Una lenta sonrisa s
n 98. La puntuación más alta. La multitud vitoreó. Luego f
! -gritó algu
os fijos en Alejandro, llen
ón. Todos est
elegiría. Sie
llirme antes de la ejecución
de Alejandro se dispa