o lo pr
Ella no recibe nada si tú i
a prueba de todo. No causará ni
diseñada para asegurar que me fuera sin nada cuando él terminara conmigo. La amabilidad, la protección, los regalos considerados
año meticulosamente elaborado de cinc
una fría determinación se apoder
fotos de ellos juntos: en restaurantes exclusivos, en jets privados, en fiestas lujosas. Ella siempre se aferraba a él, su sonrisa una mueca tr
ficar los restos de mi vida con él. En el fondo de su armario, encontré una pila de cajas. Eran los regal
o había si
y diseñando con un relojero de nicho que sabía que él admiraba. Me había dedicado una sonrisa educa
mis lágrimas se había secado. Todo lo
o llamó, su voz al
una pequeña reunión esta no
Alejandro -dije, mi voz plana-. B
endureció a
lo estoy diciendo. Es importa
ra servir a algún propósito para Bárbara,
isa amarga en los labios. Que
en pleno apogeo. En el momento en que entré, la música pareció bajar, l
con una sonrisa f
bueno que p
aba rodeado de sus amigos, riendo de algo que uno de el
canapé de una
as mucho de esto de donde vienes, ¿verdad,
a cargado de su condescendencia. Mi rostro palideci
ue no era por mí. Solo estaba protegiendo su propia imagen, manteniendo la fachada de un hombre que defendía a