a incredulidad. "¡He estado aquí! ¡En esta
mirada a la enfermera que había atendido a Sofía Jr. durante la noche, una mujer joven de aspecto
"Diles. Diles que no he salido de esta habitación en toda la
. Un testigo imparcial
rse paso entre la multitud, se dirigió a la enfermera. "Señorita, ¿es es
el pánico en su rostro. Tragó saliva, sus manos re
ora... la señora Vargas salió. Dijo que necesitaba aire fresco, q
uelo desapareció bajo mis pies. La habían comprado. O la habían amenazad
e supimos que era impulsiva, pero esto..
comenzaba a apoderarse de mí. "¡Está mintiendo!
ansar un poco, Sofía. A petición tuya. Me dijiste que te quedarías
era un clavo más en mi ataúd. Estaba completament
sonando extrañamente calmada en medio de mi pánico
Nadie entra o sale de un hospital sin ser grabado. Mis hombres ya
aras no podían mentir. Ellas demostrarían que Laura estaba mintiendo,
Carlos y mis padres se sentaron en un rincón, susurrando entre ellos, lanzándome miradas de odio. Yo pe
i mente. Si habían sobornado a una enfermera, si habían fabricad
dad, la oficial regresó. Llevaba una computadora
grabaciones,
La verdad estaba a pu
oz firme. "Póngalas pa