silencio del hospital. Gritos, puertas abriéndose de golpe, el sonido inconfundible de una m
os. La puerta de nuestra habitación privada se abrió de
ás de él, mis padres, con expresiones de profunda decepción y dolor. Y detrás de ellos, un enjambre de periodis
¿¡Cómo pu
No podía estar pasando. Estábamos en un hospital. No hay
o?", pregunté, mi voz temblando
tó una tableta, su pantalla brillan
derte aquí! ¡Pensaste que p
unos a otros para conseguir un mejor ángu
abandonó a su hija enferma pa
r sobre las acusacio
la mujer
el estómago. ¿Qué video? No podía haber un video
había puntos que conectar. Mi plan había sido perfecto. Evité el lugar,
enos de lágrimas de cocodrilo. Me agarr
que has hecho! ¡La vergü
la tableta que Carlos sostenía
misma p
figura de una mujer que se parecía a mí. El mismo homb
imposible. Había estado en esta habitación de hospital todo el tie
El video era ligeramente diferente. La mujer en la pantalla se giró en un momento y miró casi directamente a la cámara oculta, con una sonr
había repetido. Se