resonó en el sal
to, su rostro transformado por u
monios signific
acurrucó contra mi pech
es ese ni
ra calmarlo y miré a Ricar
e con sencillez.
una risa ama
tras yo sufría en mi retiro espiritual, ¿tú te
stima. Él no había sufrido. Había estado viviendo una farsa co
, corrió al lado de Ricardo, adoptando
ba cargada de veneno. "No puedo creerlo. Sofía, ¿cómo pudiste? Él
e me había visto llorar durant
scuche. Las cosas no son como u
brutalidad. "Eres una simple sirvienta. Na
n los ojos llenos d
ía siendo su prometida abandonada, una propiedad que había dejado en espera y que ahora encontraba "contaminada".
trozara, Alejandro me recogió. Me trató con un respeto que su hijo nunca conoció. Me ofreció seguridad, cariño y, con el tiempo, un amor
ra fija en Mateo. Mi instinto protector
ardo, su voz baja y peligrosa. "Esta es la casa de los Va
entar arrebatarme a
completamente entre él y mi hijo,
calmada, ahora era dura como el acero. "No te
, vio en mis ojos algo que no era la adoración ciega d
a hacer tú, Sofía? ¿Llamar a la policía? No olvides en q