img Adiós, Ricardo; Hola, Mundo  /  Capítulo 1 | 18.18%
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Historia

Capítulo 1

Palabras:1589    |    Actualizado en: Hoy, a las 14:49

la que debería haberme hecho sentir como en un sueño, pero solo lograba apretarme el estómago. Era mi fiesta de compromiso, el even

s. Ricardo, mi Ricardo, el hombre que conocía cada secreto mío, cada miedo, cada sueño. Se veía inc

do, levantando su copa,

corazón latía con fuerza, una mezcla de nervios y felicidad pura. Esperaba que dijera

su voz resonó en el si

un calor extende

tono cambió, volviéndose frío, casi burlón. "Siempre a

tro, pero su mirada no estaba en mí, sino que recorría

er etérea, inalcanzable, que ilumina su mundo," dijo, y su voz se llenó

s miradas de los invitados clavadas en mí, ya

ichosa. A veces, se aleja. Y en esas noches oscuras, uno necesita una luz

primera vez, y en sus ojo

do por mi vel

r algo, gritar, pero las palabras no salían. Fue entonces cuando mi hermana adoptiva, Isabella, se

urró, pero lo suficientemente

esapareció, reemplazada por una adoración dolorosa.

equilibrio, mis tacones se enredaron en el borde de la alfombra y caí hacia atrás. Mi muñeca chocó contra el suelo de mármol

dolor punzante, las miradas de todos... era una pesadilla. Ricardo ni siquiera me mi

alón sin mirar atrás. Las lágrimas me cegaban el ca

dolor en mi muñeca era insoportable. Fui al baño buscando un botiquín, pero mi mente

ra de la puerta de la suite. L

" decía Isabella, con un tono que pretendía se

voz baja y furiosa. "¿Creyó que realmen

puerta. Estaban parados en el pasillo, muy ce

z de luna, Isabella.

mbriento, lleno de años de anhelo y frustración. Lo vi todo a través de

ió. "Sabes que no podemos. Ere

de arreglar

el corazón hecho pedazos. La traición era un sabor amargo en mi boca. Veintidós años de amistad, de am

, buscando analgésicos. Al abrir un cajón, vi una pequeña caja de terciopelo azul esc

de diamantes espectacular, mucho más grande y brillante que el mío. Junto a él, u

la. El único anillo que impo

da... todo era una farsa. Un espectáculo cruel diseñado para ella, para d

. Me senté en el suelo, rodeada por el silencio de la lujosa suite, y lloré. Lloré por la niña que

nzó a crecer: la rabia. Una rabia fría y clara. No iba

omé mi teléfono. Marqué el número de mi jefa, la Chef Elena, la úni

estar celebrando?" su voz sonó pr

ra. "La oferta para ir a perfeccionar mi técni

que sí, Sofía. Pero...

inalidad que me sorprendió a mí mism

abiertas para ti," dijo Elena, sin hacer

dado. Se sentía como un grillete. Me lo quité con dificultad, sobre la muñeca hinchada, y lo dejé sobr

obo en el edificio, había instalado una pequeña cámara de seguridad en la sala de

grabación en vivo. La cámara apuntaba directamente al sof

illo de la caja azul. Se lo desli

do. "Cada detalle, el corte, la claridad...

rando la mano para que brillara

una tienda de segunda mano. Tenía que ser lo suficienteme

ano para una mujer de segunda mano. Todo este tiempo, llevé un símbolo de amor de otra persona

físico, tan real, que sentí como si algo dentro de mí se hubiera r

itado, fui hasta el bote de basura y lo dejé caer. El pequeño sonido que hizo al choca

una semana. Pero

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