so, cargado con el aroma
Ricardo y yo, amigos desde la infancia
oda la élite de la ciud
. Siempre a la sombra, siempre d
rmana adoptiva, Isabella, su verdad
s Ricardo apartaba su atención de mí para consolar
, me persiguieron hasta nuestra suite,
ar tu lugar", escuché a Ri
a un anillo más grande y hermoso, el verdadero "anillo de
mis esperanzas, todo
rraron, pero un fuego nuevo emp
jefa, justo antes de bloquear a R
cia un nuevo comienzo en París,