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Historia

Capítulo 1

Palabras:1165    |    Actualizado en: 07/07/2025

tarde entrando por una ventana que conocía muy bien. Estaba de vuelta en 2023, en la casa de mi madre, el lugar donde empezó mi pesadilla. El sonido de las risas de mi hermana Isabella y mi espo

s cosas serí

pa que no era mía. Eran las cosas de Isabella. Empecé a mover una de las ca

Ramos, desde la puerta. Su cara estaba tensa, con e

acio para dormir. Son solo un par de días

Le di este espacio a tu hermana. Tú tienes tu pro

Hermana, no te enojes. Mamá solo pensó que no te importaría. Como casi nu

s me daba seguridad, ahora se sentía como una jaula. "Sofía, mi amor, no te alteres. Tu mam

le consiguió un trabajo en su empresa, la llevaba de compras, la escuchaba más que a mí. Ahora, al verlos a los tr

un lugar donde quedarme esta noche", insistí

"Si quieres, puedo sacar un par de cosas, pero la verdad es que no tengo dónde ponerlas. M

dre la miró con orgullo. "Ves, Sofía. Tu hermana es muy consider

rco y a Isabella, ignorándome casi por completo. Hablaban de un viaje de negocios al que Marco iba a llevar

primera vez en toda la noche. "En lugar de estar de amargada, deberías a

rosa, ¿cómo? ¿Dándole mi cuarto, mi esposo, mi vida entera?",

e escondió detrás de Marco. "Hermana, ¿por

decepcionada. "Sofía, ya basta. Le estás faltando el respe

. Sentí que las lágrimas querían salir, pero las contuve. No les

ra de furia. "No sé qué te pasa últimamente, pero

ero me solté. "No. Vet

coche. Marco no entendía por qué estaba tan molesta. Para él,

"Nunca has podido soportar que le vaya bien. El

ú siempre la pones a ella primero", respondí, mi voz finalmente quebrándo

ación. "Eres imposible. No se puede

u felicidad con mi hermana. Recordé algo que había descubierto en mi vida anterior, justo antes de morir: Marco tenía los papeles

olo una determinación fría. "Tienes razón", dije con una calma

preguntó

es el coche.

Caminé por la acera oscura sin mirar atrás, sintiendo su mirada clavada en mi espalda.

chismosas, amigas de mi madre, me miraban con desaprobación cuando salí a la calle. Murmuraban

a hija tan malagradecida",

n hombre. No se merece una

taría ausente en los momentos en que más lo necesitaba, probablemente consolando a Isabella por mi "terri

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