luso después de un año. Me había despertado de vuelta en mi cuerpo de dieciocho, pero con todos los re
e toda la vida, el hombre al que moriría amando, también había renac
mos hacerlo bien, evitar los errores
e prometió amor eterno en su lecho de muerte, se arrodilló frente a otra mujer que apenas conocí
esde que te vi, supe que eras la mujer con la que quiero pasar el rest
renacimiento no era para mí; era para conseguir
en mis ojos devastados, una nueva determinac