Estaba tratando de recordar los detalles de un lenguaje de programación primitivo, C++, que sería la base de muchas fortunas en la década que acabab
, per
o para ver un chorro de agua de jama
La prometid
ión. Sacó unas servilletas y trató de limpiar el desastre, empeorándolo. "Mira, lo dejé pe
a mirada de María tan sinceramente apenada, que se encontró asintiendo sin querer. En el
quedar bien. Ya lue
. Justo cuando iba a regresar a su puesto, una voz la detuvo en seco
ofí
e, el corazón de Sofía dio un vuelco estúpido. Un reflejo condicionado de una
de saludo, sino de acusación. Sus ojos
a de María?" preguntó,
"Ella me la prestó. Me ma
gas con cuentos. Te conozco. Sé que no soportas verla feliz, así que
e. El aire se le fue de los pulmones. ¿Él realmente
temblando de ira y dolor. "Ella me l
e desprecio. "Sé perfectamente cómo eres. Siempre has sido celosa y manipuladora. Cr
mo una villana para justificar sus propias acciones. La imagen que ella tenía de su amor, de su complicidad
mento, María sa
a tensión en el aire. Luego miró a Sofía. "Ah, Sof
stante. La dureza se desvaneció, r
ntaba a Sofía si necesitaba algo.
ueca que pretendía ser una disculpa. "Discul
fía sintió una mezcla de asco y una tristeza profunda y desoladora. Era ridículo. Todo era ridículo. Él, acus
dos y torpes, quedando en su sostén por un segundo antes de ponerse su
en voz baja, sin
e ambos en su espalda. No volvió a mirar atrás. Esa fue
esta en el salón comunal, a la que invitaron a medio barrio. Desde su ventana, Sofía podía escuchar la m
nes. Ella ahora
ar por miedo, una oportunidad que Ricardo la convenció de que no era para ella. Un concurso de
ro, lejos de la sombra de Ricardo y sus mentiras. Su conocimiento en software tendría que esperar un poc