img Tronos de Huesos: La princesa de las profecías  /  Capítulo 3 Alessander Di Lorenzo, el chico de los ojos verdes | 27.27%
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Historia

Capítulo 3 Alessander Di Lorenzo, el chico de los ojos verdes

Palabras:3210    |    Actualizado en: 30/06/2025

ro tartamudear e

cesitábamos algo, que podríamos pedirte ayuda -su s

stiona Sara con curiosidad e impactada a

ara, frente a mí. Pero en sus ojos veo una chispa de algo extraño, algo es

pondo lo más inex

soñado cuatro años con Alessander y que ahora diga esto, es m

de, entonces? -inquiere A

rar ningún libro de los que me dijeron que había -resopla con fru

preguntar como cualquier persona normal? Sara me levanta una ceja, y capto que ella se siente

s te ayudo con los libros -y tomaré mi t

ngiendo estar emocionada, cambiand

diéndolos bajo mi asiento. Siento mi cara arder y los latidos se me aceleran incontrolablemente, y por el rabillo del ojo veo que sus labios se curvan ligeramente

dy, y tiene razón. Aquí viven de fi

gunta Sara luego de terminar de

re no me devolverá mi coche hasta dentro

-se sorprende Alessander, enar

cubren siempre las espaldas -mofo con b

hermano fuese así con

iosea Sara, guiñándome

eca de fastidio, y noto que el cariño fraternal no

ema familiar detr

co años con sus berrinches -cuenta Andy sacándonos unas r

tema. Noto que a Alessander se le borra la sonrisa, y

el tema, encogiéndose de hombro

pana es tranquila, platicando de cosas triviales y sobre el Instituto. Además de soportar a mi amigo preguntando de todo sobre el país natal de Alessander, quedamos en p

con Andy a biología, y me doy vuelta en

s la misma clase -sonríe

ría estando a su lado, pero me siento cómoda, con una rara e inexplicable sensación de confianza y familiaridad. Y a pesar de que no sé cómo es él en realidad, siento que puedo confiar, que puedo incluso, hasta cierto punto, llegar a leer sus emo

como en esta clase siempre somos impares, yo prefiero ser la que se quede sola atrás de todo. Además de ayudarme a concentrar, y de poder ver a toda la

a profesora. Imagino que para presentarse con ella y h

gordeta, algo canosa, pero de aspe

lase -saluda co

s, profesor

icos hace que interpretemos la historia como un libro en donde su protagonista cumple varias hazañas y aventuras. Recuerdo la vez que nos comentó sobre su sueño frustra

ener cuidado con

sacando de su bolso de cuero marrón el libro seleccionado para

profe

llama Alessander Di Lorenzo, sean amables -sonríe y luego pasea la vista... hasta mí-. S

segundo, y una tensión se crea entre nosotros, mie

s, algunas de curiosidad, otras parecen de envidia, y la "reina titiritera" –como le apodamos Sar

e niebla negruzca. Nunca he sido celosa o territorial en mi vida, si bien tampoco he tenido novio, no me visualizo como una persona tóxica o que le importen las acciones de los demás. Pero sin más, comienzo a sentir el ya típico picor en mis ojos, en señal de que se t

de mi mejilla, me concentro en el ardor y en el comienzo del sabor metálico chocando con mi lengua. Un alivio recorre en forma de escalofrío mi columna, junto a una sensación de frío desde mi nuca

es siempre suelen querer explotar, así como ahora, y produce que mis ojos se tiñan de un extraño y terrorífico rojo escarlata, sin ninguna razón coherente ni natural

oí tantas noches en los sueños, c

¿

me lo que estuvie

echa de clase le paso la carpeta, y al tomarla nuestras manos se tocan. Una descarga eléctrica

ás que lo note. Boba, bo

sus dedos se deslizan sobre la primera pá

ato de distraerme continuando el garabato que va to

iano -afirma pasando l

tepasados s

ra sonrisa, trascribiendo

profesora empieza a escribir preguntas en la p

da, mencionando a un supuesto amigo de la familia. ¿Será una mentira para ganar confianza? Todo es

¿Estás a gust

e risa cantarina-. Se pare

n un puebl

el respaldar de la silla-. Pude llamarlo hogar el tiempo que duró. El pueblo en sí es pequeño, pero está rodeado por campos y paisaje, que es lo que le da vida -un suspiro

ser allí, un Alessander rodeado por tanto verde

familiar de toda

uro viendo que la profesora Belletti se vol

e debemos mudarnos, mi madre no está tampo

e paisajes, pero dicen que el bosq

la ceja, se lo nota i

cando mi mentón sobre mis mano

a, con los pies cruzados hacia adelante. La profesora sigue anotando en la pizarra y habla

osas -contesto com

como un tema más importante de lo que para mí es una l

en un animal, o que haya seres que vivan de sangre -ac

epite conteniendo una risa,

a recalcar mi punto-. Es como creer que Superman existe. S

Belletti comienza a caminar hacia aquí, y luego a

rle a qué se refiere. Es un demente si cree en esas cosas. Es imposible que sea cierto, si no

tos en las calles

indica el fin de clases suena. Guardo la carpeta y la la

-pregunta con un brillo

diez -ajusto mi mochila al ho

ta p

ir al pasillo, donde una Sara

ción, y empieza a dar saltitos para luego engancha

ssander ni Andrew vienen detrás. La curio

chilla cerrand

y suspirando con fuerza-. Bueno, me contó sobre el pueblo del que se mudó, y que su padre tiene

interpretar

, ¿

en esas cosas -levanto los hombros con

lla, girándose en el

nacen las leyendas". Quizás es un fanático de historias de ficció

yendas. Que actualmente no haya casos no quit

ía reportes filtrados de

ice que se

ue quizá tenga razón, pero mi lado testarudo se niega a creer que sea po

ñora Julia Cooper, nos mira desde la cocina

ga en la manila del horno antes de acercarse y darnos un

do esté listo? -mi amiga me arrastra por el pasillo que d

darla trastabillándome con el apuro

decir señora, me hace sentir

lso al suelo, y se tira a la cama quitándose las zapatillas a empujones con los pies.

con Alessander? ¿Int

erada, cubriéndome los ojos con el doblez del codo-. Tanto tiempo des

enamora

pero que en ese entonces solo era un sueño, una fantasía... -mi voz se quiebr

nte-. Es real y tienes que descubrir qué tiene él de

camino hasta el escritorio donde está su computadora

las clases que tomó mi madre de latín en

ron de usar hace mucho? -tecleo en el bus

alando el resultado-. Significa elevado. S

ear y aparece

ban términos así para denotar el origen de dónde ve

Busca el no

artículo de un museo, y en el encabezado hay una foto de ocho hombres, de unos treinta y tantos hasta unos cincuenta y otros. Y uno de esos hombres tiene los ojos verdes, y es muy

Regionale di Maria

e el último trabajo de su padre -digo señalando al hombr

s Alessander

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