img Tronos de Huesos: La princesa de las profecías  /  Capítulo 6 La visión y los ojos rojos | 54.55%
Instalar App
Historia

Capítulo 6 La visión y los ojos rojos

Palabras:2612    |    Actualizado en: 30/06/2025

a barra donde mis amigos ya consiguieron lugar. Él viene atrás mío, a solo un corto paso por el poco espacio que hay con tanta

, allí donde se posaron, nublando mi mente con esa descarga eléctrica tan

da por él. Sara me guiña un ojo y voy a sentarme en el banco al lado de ella.

? Estás colorada, amiga -ríe

llo tratando de no sentir tanto calor, la piel de mi nuca y cuello aún sigue erizada,

amiga, porque si no el señor tequila y la s

que suceder -le de

imero surgen su efecto de a poco. Tomando por la mano a mi amiga nos dirigimos a la pista de baile, donde la mayor

o las miradas de varias personas sobre nosotras, ya que ella sabe bailar muy bien y yo trato de seguirla. Así pierdo la cuenta de las cancione

sentarn

la música, frunc

yamos a

e lleva torpemente una mano a la boca-.

n poco borroso. Nos empujan, pero logro sacarnos rápido y guiarla h

la primera puerta que veo entornada y ella se arrodilla para vomitar. Mientras le sostengo su largo c

nto inclinándome un poc

iebra la voz y la ayudo a levantarse

cubriéndose la cara con manos temblorosas. Intento sostenerla

ercioro de que las otras chicas ya se fueron y quedamos

cara, haciendo que su maquillaje se corra aún más-. Pero cuando estaba c

cen eso, algo vamos a hacer -miro nuestro patético refle

-pregunta secándose la

mí, y del bolso que cuelga de mi codo sac

e peinarnos. El alcohol de por sí no nos sienta bien, y hoy nos excedimos más de la cuenta, conta

confiada para que ella acepte sin chistar, y funciona, ya que una sonrisa alumbra su rostro y s

er? -pregunta riénd

da llamar su atención, más si acabo de conocerlo hoy, sin contar que sería

ista. A lo lejos logro divisar al grupo de niñas ricas junto al equipo d

reímos cómplices viendo a Luke dejar de prestarle atención a Tamara. Comienza una de nuestras canciones favoritas y en ese momento siento una mirada sobre mí, por lo que recorro el lugar buscando de quién proviene, hasta qu

dice alterada mi ami

namorada acercarse con los ojos puestos en ella, que no para de enrollar

a qué

palmeo el brazo con suavidad-. Como si

a -bufa molesta aniqui

rina y un poco más gruesa de lo normal, cuan

ue Sara se rasca el brazo como siempre

ndo extiende una mano hacia ella, qui

-. Yo estaré en la barra -le sonrío a mi amiga para luego darm

se aparta de su grupo un poco para pegarse a mi costado y balbucear algo que por el ruido no logro escuchar. Trato de alejarme, pero del otro lado me empujan y el chico rubio me sostiene del brazo tratando de acercarme a él. Apesta a alcohol

ene, mientras otra igual en forma de puño va directo a la ca

rponiendo su cuerpo como escudo delante de mí, so

obre una mesa con vasos medios vacíos, logrando que varias personas alr

í. Logro vislumbrar la puerta corrediza que da

a a espabilarme y darme una descarga de concentra

imbécil? -interroga sin dejar de sostenerm

y la lluvia››, pienso abriendo con lentitud mis ojos, anon

eja, y me doy cuenta de que

vergüe

ias por ayudarme -debo de tener la cara completamente roja, por lo que intent

re y hace que lo mire a los ojos-. Fue sólo un id

más a su cuerpo. El calor que emana es tan maravillosamente tranquilizante que siento mis piernas flanquear aún más, como si mi cor

-su voz es baja, casi un susurro gutur

futuro, o si es mi imaginación. El corazón palpita fuerte en mi pecho aturdiendo mis oídos, y la cabeza me duele con un punz

o en mis oídos se vuelve más fuerte y ensordecedor. Una luz t

n poco más alto que el otro, están parados

statura más baja-. Es tu sangre, al fin y

lpea con sus manos el escritorio frente a él. El lugar parece ser un d

s, parándose frente a una pizarra-. H

e a gritar-. ¿Tantos años permaneciendo en

gira rápido con los ojos

jos? Qué d

bello y tira-. Esto me supera, ya estoy agot

has b

a un saco largo-. Acompáñame, necesito seguir

invade y provoca que mi cabeza duela como nunca. El

n fuerza entre sus brazos y trata de que le conteste. El pitido no me deja escu

sacude de nuevo-. ¿Qué te

interrumpo con

tio. Me sienta al lado de él con su brazo aun pasado por mis hombros. Tengo frío y pare

y eso que soy de esas personas que les incomoda que las abracen o le estén muy cerca. Acaricia lentamente mi cabeza y

iento su voz retu

emente-. Gracias

Tenías la mirada p

pasó

nocturna, pero ¿qué le podría decir? ¿Qué de un momento a otro estaba en una habitación con dos extr

ecirte -susp

sus ojos, cubriendo casi la mitad de lo que antes era verde. El contraste era impre

mi mente lo único que podía pensar era en mí misma, viéndome al espejo con

ablos está

e verde intenso de antes, sólo que ahora se notaban más sinceros, con u

i pecho, la misma sensación de estar en mi hogar, una calidez que se mezclaba a la per

pero el apoyabrazos del banco se clava en mi espalda. Su aliento roza el mío y nos sumimos en la con

xpresión falsamente atónita hacen que él

todos tene

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY