ha hubiera sacado su pene en ese momento y hubiera intentado introducirlo en mí, no me habría resistido. Estaba tan
tío con voz ronca, rodeando mis cadera
a piel de gallina del miedo. ¿Cómo puede caber un pa
luego me aparté un poco del tío, aunque
o le diste nada, lo tuviste demasiado ti
unque la habitación estaba oscura, podía ver claram
tó. – Ven aquí, sigamos cale
hombres, siempre mienten! Siempre diciendo una co
tío Lesha mientras me acercaba de nuevo a él
pero esta vez mi trasero tocó su entre
arecía a una serpiente tentadora, a un corruptor de vírgenes
o. Luego, deslicé los dedos hacia arriba hasta encontrarme con esos testículos suave
auría de lobos me persiguiera, ansiosa por destrozarme. Cerré los ojos y envolví con mis dedos ese miembro caliente y firme, cuyo solo contacto me hizo sentir
respiraciones entrecortadas. - Arriba y abajo, im
té seguir su analogía. No faltaba "crema": de nuevo, un líquido espeso
e di cuenta de que simplemente le estaba masturbando el pene. Me gustaba eso, y sobre todo me gustaba la reacción del hombre ante mis acciones. Los movimient
ío, pero yo no me detuve tras sus palabras, porque
insistencia no terminó. La polla estaba húmeda, palpitante y caliente. Y entonc
la nariz, y apenas pude contener las náuseas. No ha
salió disparado. Escuché el sonido del agua corriendo; al p
ama y me arrastré hacia el baño. En la sala me encontré c
os y luego vete directo a tu cuarto. H
varlo al orgasmo y había hecho mi trabajo casi a la perfección, si
anos y luego fui a mi habitación. A mitad de camino recordé que había dejado la manta en e
La tomé sin entender nada y me fui a mi cuarto. Las lágrimas me ahogaban,
cama durante un buen rato, recordan
te y duro pudiera entrar en mí desencadenaba en mi imaginación todo tipo de imágenes sexuales. Incl
tío en la cocina. Estaba termin
mente una mirada a la parte baja de su abdomen. Todo parecía estar en cal
dejando la taza sucia en el fregadero. -
titud de mi tío hacia mí? Por la noche todo había sido perfecto: le había gustado cómo me ma
on Dima. Me miró con compasión, y a mí me dieron ganas de golpearle la cabeza con mi bolso lleno de libros. Pasamos el
amistad con chicas. En el barrio donde v
xuales, pero sus relatos me daban náuseas porque yo quería algo completamente distinto para mí.
la mano y babeando ante mi perfil indiferente. Para el final de la lección, sentí su mano rozar m
a tradición: yo le informaba de cada uno de mis pas
erencia. - Si quieres, sal a pasear
ras no me
r con que no estar
. - Y te aconsejo que no metas
go simplemente salí a pasear por la ciudad. Fui a la VDNJ, comí un helado y después tomé una cerveza en algún
asta casa, mirando a todos lados, temiendo que de la nada apareciera algún maniaco. Entré al portal, subí al pi
iendo de ese lugar depravado, pero luego lo pensé mejor. Al fin y al cabo, yo vivo aqu
na. Desde el dormitorio seguían escuchá
unos contra otros: mi tío estaba follando activamente a su invitado, sin avergonzarse de m
ar los sonidos. Se había calmado un poco; la amante del tío Lesha solo gem
eabierta, lo que significaba que, si me sentaba con cuidado en el sillón junto a la entrada del sal