que intentara mantener el equilibrio, su hija parecía decidida a romper todas las barreras con esa mezcla de desafío
la ansiedad que le hacía palpitar el pecho c
ropa. No es momento ni lugar para estar así, menos
erreno, que Verónica no tenía el control absoluto que aparentaba. Pero, a pesar de eso, no dijo nada más. Se limitó a recoger con lentitud el consolador que había dejado a
z fría, sin prisa alguna-. No vo
gió a su habitación con pasos lentos, calculados, casi como si cada movimiento
endo cómo la tensión le apretaba el estómago. Sabía que e
llamar a Julián y pedirle que se quedara afuera por un rato era lo único que le permitía sentir
y esperó con el
es tan pronto a casa. Hay una situación complicada aquí... N
o de sus palabras no podía ocul
iedad y vulnerabilidad y, por un momento, dudó,
a otro lugar? -pr
ía. Camila y yo necesitamos espacio para... hablar, o al menos para que
sta. El silencio de la casa parecía haberse vuelto más pesado, como
o familiar estaba más frágil que nunca. Y que si ella no lograba
re profundamente, intentando armarse de
o ese techo, todo había
la antesala de una torme
denso, como una nube tormentosa a punto de estallar. Se sentó en la cama, mientras Camila se r
qué te lo tomas tan en serio. ¿Por qué tenemos que andar con ta
ojos buscando alguna res
afecta a todos. Somos una familia, y aunque no seam
er una familia moderna? Tú y Julián pueden tener sexo donde quieran, s
ida por la franqueza y la
-. Las cosas no funcionan así en la vida real. No todo es tan libre
o adelante, acerc
adenas? ¿No crees que la gente ya debería dejar de juzgarnos? No somos una fa
lo que habían vivido, los años de lucha para manten
do es posible. Pero yo llevo más tiempo viendo lo complicado que es todo esto.
esa mezcla de desafío y ternur
jemos de vivir con miedo, con secretos. Que podamos ser honestos con nos
avaba en su pecho, una duda que antes n
dmitió con voz baja-. No sé si puedo
, como si quisiera tender un
e confiar en nosotros. En mí, en ti, en Julián. Podem
onversación no era solo una discusión. Era una grieta en la muralla que había c
lmente, con un suspiro
, esa sonrisa que mezc
necesito, mamá. Que
si el simple hecho de hablar abrier
mo sería el camino que las esperaba,
ación sincera para que todo empiec