que algo dentro de mí comenzara a cambiar, pero no me atrevía a darle un nombre. Sin embargo, cuando amaneció al día siguiente, lo que sentí junto al lago con Lucas seguía fresco en mi memo
rsación de la noche anterior no hubiese sido importante. Valeria estaba concentrada en su móvil, sus dedos
verano. Hay música, luces, un DJ
rme en las palabras de Valeria, pero sentía que una sombra invisible caí
xaminaron por un instante, y aunque ambos intentamos hacer que el momento pasara desapercibido, la incomodidad nos envolvió a ambos como una n
e eléctrica recorría mi columna vertebral. Sabía que lo mejor sería ignorarlo, seguir actuando como si todo fuera
preguntó Valeria, no
a fiesta de esta noche -mentí,
jor noche del verano. Sin embargo, mientras hablaba, sentía la presencia de Lucas como una presió
Valeria sugirió que fuéramos a nadar al l
perfecta -dijo, ya corriendo hac
déjame buscar mi
ndo escuché pasos detrás de mí. Me giré para encontrarme con Lucas, quien caminaba tranquilamente haci
tono que parecía casual, pero que
tro reflejaba la confusión que sentía por
r mi toalla -respondí rápidament
isa que no alcanzó sus ojos-. Te vi
í, aunque sabía que él
en lugar de hacerlo, se quedó mirándome, con esa intensidad que comenzaba a ser familiar.
ijo finalmente, y sin más, cont
o podía sacudirme la sensación de que había más en sus palabras de lo que él dejaba ver. La incomodidad que nos ro
-
bre nuestras cabezas, y el agua refrescante era todo lo que necesitábamos para contrarrestar el calor s
caliente, sintiendo el calor bajo mi piel, cuando de repente noté un movimiento a mi lado. Lucas había salido de la casa y caminaba hacia el lago.
con brazadas fuertes y decididas. Mi respiración se detuvo por un segundo mientras observab
o su hermano intentó salpicarla. A simple vista, todo parecía normal. Una tarde más de verano, co
s se encontraron con los míos, y por un instante el tiempo pareció detenerse. Estábamos tan cerca que podía ver las gota
guntó finalmente, rompiendo el sile
ato -respondí, intentan
ejar de mirarme, dijo
jor de lo que pa
na invitación. No era lo que dijo, sino cómo lo dijo. Mi corazón comenzó a latir más rápido, y antes
era de él, pero su presencia seguía siendo una constante en mi mente. Cada vez que lo veía moverse
nadó hacia mí y me s
r para la fiesta de est
ndí, agradecida p
centrarme en lo que decía. Mi mente seguía atrapada en lo que había pasado en el lago, en esa mirada de
-
laban sobre la pista de baile improvisada que los chicos del pueblo habían montado en una antigua granja. Valeria estaba en su elemento, ba
a que Lucas estaba allí, en algún lugar. Sentía su presencia como
la mano. Sus ojos recorrieron la multitud hasta que se encontraron con los míos, y en ese instante, supe que
Valeria, que había aparecido de la nad
de la música, riendo mientras intent
sica o del baile. Cada vez que me movía, sentía que Lucas seguía observándome, como si
un rincón de la granja, intentando calmar mis pensamientos. Sin embarg
da de l
tranquila pero cargada de significado. Estábamos a solas, lejos del bullicio de la fiesta
sintiendo que mi voz sonaba m
osotros. Sus ojos, oscuros y penetrantes, me observaban como
estado pensando en lo que dijiste esta mañana. Que
o sabía por qué había traído a colación esa conversación
-dijo, repitiendo sus palabras del día anterior,
colonia mezclado con el aire fresco de la noche. Mis pensamientos eran un caos, una mezcla de emociones que no
algo, la voz de Valeria nos
Dónde te
, su mirada se suavizó, y sonrió con esa media sonrisa
o, antes de desapare
torbellino de emociones. Sabía que estaba atrapada en algo más grande de
él, la atracción secreta entre nos