el lago. Desde mi lugar en la orilla, observaba cómo las sombras crecían lentamente alrededor de la casa de campo. El sonido del a
oncertaba, me inquietaba, y, por encima de todo, me atraía
ue mis pensamientos me consumieran. No era la primera vez que veía a Isa, claro, pero hasta este verano siempre había sido "la amiga de
a, como si estuviera buscando algo que ni ella misma sabía. O tal vez fue su risa, que resonaba diferente esta vez, más suave pe
que decía, estuviera diseñada para hacerme cuestionar todo lo que sabía. Pero la pregunta más insistente era: ¿qué e
las preguntas no se respondían solas. Tenía que acercarme a ella, averiguar si lo que me atraía era solo la novedad de
tardecer, una costumbre que había adoptado desde que era niña. Le gustaba perderse entre los árboles, escuchar el canto de los pájaros mientras e
una blusa blanca de lino y unos shorts de mezclilla, su cabello suelto ondeaba suavemente con el viento. La imag
do algo peligroso, pero no podía ignorarlo más. La seguí en silenc
ndo estuve lo sufi
curos, me miraron con una mezcla de curiosidad y, tal vez, una pizca de nerviosismo. No
ar de mirarme, como si intentar
sotros se alargaba de una manera incómoda, pero al mismo ti
intentando sonar casual, aunque
nrisa pequeña pero
empre eres
días. Isa caminaba con los brazos cruzados, mirando hacia adelante, pero de vez en cuando lanzaba rápidas miradas en mi direcc
dí que era el momento de habl
ando en ti estos día
giró hacia mí, claramente so
mezcla de incredulidad y alg
el peso de mis palabr
. has cambiado. Este verano, todo se si
us ojos se clavaron en el suelo por un momen
espondió, en un intento por quitarle importancia, pero amb
ia entre nosotros. Podía sentir la tensión vibrar en
o cambiado físicamente. Es... todo. Hay algo en ti que n
claramente desconcer
como si no pudiera creer
el cabello, frustrado por no e
pudiera evitar mirarte, pensar en ti. Pero no sé si es solo porque te veo de una ma
io se volvió casi insoportable, y por un momento pensé que había comet
un susurro-. No sé qué está pasando entre nosotros, pero desde
atrapado en esta confusión, en esta lucha interna por entender lo que sentía. Pero saber que ella también lo sentía, q
a que nuestros cuerpos casi se tocaran. Podía ver la incertidumbre en
tra el impulso de acercarme aún más-. Somos diferentes, nuestras fami
a. Podía enumerar mil razones por las que esto no debía pasar,
lando ligeramente-. Pero no puedo e
mpartiendo la misma tensión que nos rodeaba. Sabía que debía dar un paso atrás, ponerle fin a e
su voz apenas audibl
me traicionaban. Quería acercarme a ella, sentirla más cerca de lo que era prudente, su olor me despertaba sentimientos que
almente, con la voz r
so atrás, que se alejaría y dejaría que todo quedara en una incómoda confesión. Pero
ación se aceleró, y antes de que pudiera detenerme, nuestras miradas se encontraron de nuevo, llenas
po, uno en el que cualquier decisión