ingadas. No sabía qué odiaba más, si la arrogancia con la que Lynch me había lanzado n vestido a la cara y había hecho que unas emp
l. –resopló Lynch con un gruñido de su pecho. Me estremecí, no me había dado cuenta del momento en
r supuesto que me sentiría indispuesta. Si quiera había procesado mi desmayo en mi propia boda y el hecho de que había firmad
os segundos. Lynch giró bruscamente, empujándome con la misma fuerza hacia la pared más cercana. Y no puedo decir que esté orgullosa de mi chilli
pecho y hombros subía y bajaban con agitación mientras él
–Tenemos un convenio de mutuo acuerdo, solo necesito que poses bonita antes los demás y te comportes. No te estoy p
stancó en mí tal como mi respiración. Tragué seco. Habían pasado imágenes a kilómetros por segundos, de mis manos en s
dra, con
dida aun en mis recuerdos. –Correcto, ser
cogido por él. Seguí el movimiento de su mirada sobre su brazo levantándose para compr
''. No sabría decir si era solo con él y su traje ajustado alrededor
ncontrarnos con las escaleras, una mano inesperadamente dio no
cena familiar. Todo en ella, desde sus uñas divinamente arregladas, su pelo suelto rojizo y sus j
an desordenadas, daban un efecto de perfección. Hast
ionar como lo hice, pero en vez de pensar en que se lo merecía por que sí, me detuve del
mi hombro que me tensó. Tal vez me estaba m
la próxima vez perderás esa mano. No pensarás que de verdad iba a c
a hora ¿no? Seguro que así fue como se metió en tu cama. – Ly
te di. Si te vuelvo a ver será la última vez que veas la luz. –
e en que conocí a Killian Lynch apareció de pron
sas Éiru's. Un total conquistador soltero según dicen los rumores. Serio y apagado. Habl
dijo silenciosamente que no era la
ra a la chica que había perdido el habla en cuanto se le había dicho que no tendría más trabajo ni relación. Las cosas de las que h
ch. Me recibió un habitualmente enojado hombre. Inte
oy b
rudo. –vamos p
preocupación. –fue mi momento de morderme la lengua para no dejarle
de desaparecer. Quedé anonadada ante ello. Aunque había sido un gesto fantasma, sus facciones en las
e desbloqueado''
mientras caminábamos hacia una habitación para tomar un botiquín. Estab
ia. Tuvimos una especie de relación nocturna hace semana
había dejado el anillo de Mía al golpearlo. Tomé otro palill
aba lo mismo. –obtuve un
fue una transacción comercial, sexo por beneficios en su carrera. –salimos de la habitación luego de guardar las
il'' –I
boca rápidamente, rezando por no ser
rse de hombros y seguir caminando hacia las escaleras. –Puedes
n hombre despiadado y no del comedido Lynch, que aparenta
presentes. Lynch enredó mi mano en su brazo sin pedir permiso antes de escucharle susurrar
o también amo-odiaba su boca pretenciosa e