abía gustado la luna llena, pero esta noche, estando en la mansión, me aterrorizó. Com
amento dentro de la mansión, con una primera y enorme sala de estar, vestidor, mesilla de café y una nevera. A sus costados, dos puertas llevaban a habitacione
gar de la casa donde había paz y no parecía que una siniestra sombra me perseguía a todos lados. Ya odiaba estar aquí. No podía esperar a
chos cercanos. Me acerqué sigilosamente, a pesar de que sabía que no debía, y que mis piernas temblaban de miedo. La curiosidad mató al gato, Alessandra. A través de la puert
una voz que reconocí como la de Tadgh, el hermano de Killian. -Si s
dentificar. -Killian está demasiado ocupado con su nue
¿Qué fusión? ¿Qué planes? ¿Y cómo podía ser que Killian, el
ero en los negocios, sabía que eran rasgos imprescindibles para mantener el liderazgo. Lo que nunca pensé que debía mantener e
ensando, él dejaría de ser tan desconfiado a mi alrededor. Recordé las palabras de Roisi
igo en mi patético intento de huida. Salté por el sus
que yo. Aine no dijo ni una palabra mientras me dejaba frente a la puerta de mi habitación. Incluso cuando intenté decirle algo,
egunté cómo había sido tan estúpida. Si en alguien Tadgh confiaría, seria
No supe si era real o no su reacción. Pues si algo había notado en e
Tadgh está conspirando contra
iendes a Tadgh? D
–Como tú, él es mi prisión. Además
no sabía nada de esta loca familia. En menos de dos días había descu
ue como un cobarde por las amenazas de mi familia. Killian lo descubrió
Landon. Después de que la rabia se esfumó, comencé a pensar que había sido lo mejor. Lo realmente doloroso fue la forma en que me dejó, la excusa y la infidelidad
la traición de Tadgh. Me entregó documentos falsificados, transferencias bancarias a empresas fantasmas, reuniones secreta
osas, a sentir que nos seguían. Alguien había notado nuestras indagaciones y no estaba contento. En un inicio pensé q
in, alguien me tapó la boca y me arrastró hacia una parte escondida de la vista ajena. –Deté
. Mi corazón estaba latiendo en mis oídos y me sudaban las manos. Mi garganta n
certe la vida miserable. –en ese momento supe que la amenaza había escalado a un nivel
, Ale. Las consecuenci
fortaleció. No iba a permitir que me intimidaran. –No me
oz de Tadgh había quedado grabada en mi cabeza desde la no
arqué la llamada en el grupo de amigas con insistencia. Ambas respondieron asustadas. No había aparecido en semanas y se suponía que mi ''luna de miel'' seri
a y de hija para ayudar a la familia, su familia, a no llegar a la bancarrota. ¿Cómo se podía amar y odiar a la misma vez a quienes te d
por todas. La confrontación era inevitable, y estaba decidía a que fuera hoy. No permitiría qu
entro de todo, luchando por sobrevivir a un posible desmayo o ataque al corazón. Ante mí, estab
pre hay alguien a quien no querrás que lastimen. Porque ambos sabemos que incluso si dices no querer a Killian, no dej
un abrazo de oso haciendo que tuviera que ajustar sus redondas gafas. Hasta parecían parientes,
ien más en la lista de odio, Killian Lynch, quien me estaba h