/0/4664/coverbig.jpg?v=77297e09e78a46e1edfe3950dc0203bd)
Rut es una escritora que acaba de alcanzar su sueño de publicar un libro, el cual rápidamente se convirtió en un bets seller por lo cual tuvo que salir de gira para hacer firma de ejemplares por toda Europa. Cuando regresó de su viaje se encontró con grandes complicaciones, comenzando con una gran declaración de amor hecha por Víctor el novio de su mejor amiga, quien le confesó en publico lo mucho que siempre la ha amado. Esto provocó un gran giro en el estilo de vida de todos, sacando a flote la personalidad maliciosa de Beatriz quien decía ser su mejor amiga. Abriendo los ojos de Daniel el mejor amigo de Víctor, entendiendo por fin porqué siempre éste parecía enojado y negativo cuando le hablaba de su amor por Rut. En medio de todo este embrollo Rut pudo darse cuenta de lo mucho que amaba a Daniel. Viéndose obligados a luchar contra todo pronóstico para defender su amor.
Rut
-Te amo más que a nada en este mundo y quiero estar contigo siempre ya es hora de que el mundo lo sepa. - Dijo Víctor en una gran reunión de amigos mientras se ahogaba en desesperación por creer perder a la mujer de sus sueños.
Mientras yo me sentía impactada por lo que acababa de oír de la boca del novio de mi mejor amiga pues era algo que jamás hubiera esperado estando segura de que él era una de las mejores personas que conocían. Después de todo había estado enamorada de él desde que era una niña y ya hacía un tiempo que me había convencido de que no era correspondida sobre todo luego de darme cuenta de que el salía con mi amiga.
A pesar de que Víctor fue quien me dio mi primer beso, ya hacía un tiempo que no mostraba ningún tipo de interés por mí, más que una linda amistad. Por esta razón ya me había propuesto con toda mi fuerza a olvidarme de él. Aunque no se me había hecho tan fácil ya sentía que él estaba saliendo de mis pensamientos.
Víctor era un chico muy elegante como un galán salido directamente de las revistas, era alto con un cuerpo perfectamente tallado de piel clara, ojos azules, cabello negro y unos labios gruesos capaces de volver loca a todas las chicas que lo conocían. Tal vez por eso nos había envuelto en sus redes a mi mejor amiga y a mí.
-Víctor, creo que estas borracho y no sabes lo que dices - le respondí sumamente confundida, mientras miraba a Bea pues no quería perderme su reacción.
Bea se encontraba sorprendida e indignada con el rostro en sonrojado mirando fijamente la cara de su novio mientras era capaz de provocar tal desatino.
-No te confundas Rut puede que esté algo tomado, pero estoy en mis cabales, se lo que estoy diciendo y sé que te he amado desde siempre – me dijo sin importarle la profunda herida que estaba causando en el corazón de mi amiga.
-Víctor no es justo que digas eso frente a tu novia
-Rut, Rut, Rut, como siempre estás pensando en ella primero que, en ti misma, por eso nunca le dijiste que me quería, aunque ella siempre lo supo, ¿no es cierto Bea? Y por su puesto a ella no le importo nunca lo que sentías tu – respondió mientras la miraba con gran rencor.
Víctor se paró frente a Bea y le gritó delante de todos que había escuchado como ella y su hermana se burlaban de mi por haber sido una tonta incapaz de luchar por la persona que amaba. Y como había aprovechado la situación de mi viaje para desviar la vista de Víctor hacia ella. El escuchó todo sobre cómo le había mentido a cerca de mi viaje y todo lo que había hecho para que el no confiara en mí.
Al igual que Víctor me sentí indignada y herida. Era muy difícil creer todo lo que estaba escuchando. Bea y yo habíamos sido amigas desde siempre. ¿Cómo había sido capaz de realizar esas jugadas en mi contra?
Salí corriendo de la fiesta, sentía un gran nudo en mi garganta y como se deprendía mi corazón. Estaba herida y dolía, consideraba mi mejor amiga a una enemiga peligrosa.
Llegué a mi casa hundida en lo más profundo de mis pensamientos. Yo sabía que siempre fui buena amiga y creí que Bea me había correspondido de la misma manera todo el tiempo. Además, siempre quise ocultar mis sentimientos hacia Víctor desde que vi como Bea lo miraba, me aparté de su camino por su propio bien. Era muy difícil creer que Ella era capaz de hacerme daño sin ningún remordimiento, a pesar de que Carmen y Adriana ya me lo habían advertido.
Carmen y Adriana siempre pensaron que no debía esconder lo que sentía por Víctor. Ellas siempre me decían que hacíamos una hermosa pareja y que el egoísmo de Bea no debía separarnos. A Víctor siempre se le notó lo mucho que me quería. Aunque nunca entendí por qué comenzó a salir con Bea.
¿Por qué con Bea? Si todas las chicas pensaban que él era un galán y estarían feliz de salir con él.
Narra la autora
La verdad es que, aunque yo nunca estuve enamorado de Bea, creía que ella era una gran chica que me amaba y se merecía ser feliz.
Desde siempre había mostrado mi interés especial por Rut, pero cuando Rut se fue de viaje comencé a hablar mucho con Bea y ella aprovechó el momento para decirme que Rut no estaba sola de viaje, pues encontraba con su novio que era de otra ciudad. Me sentí sin esperanza e incluso algo engañado. Siempre creí que Rut le correspondía a mis sentimientos. Fue en ese momento cuando decidí dejar la puerta de mi corazón abierta para que Bea pudiera entrar. Después de todo ella era la mejor amiga de Rut y no sería capaz de inventarse algo así de su amiga.
Lo que termino de eliminar todas mis esperanzas fue la felicidad que Rut mostró al darse cuenta de que Bea y yo estábamos saliendo. En el fondo esperaba verla celosa y dolida, pero no, ella solo estaba feliz como si fuera algo que había deseado. Además, luego de su regrese la he notado muy distante, incluso la he atrapado viendo a Daniel con cara de enamorada, eso es algo que no quiero siquiera imaginar.
Narra Rut
Me siento realmente confundida, yo creía que al fin me había olvidado de Víctor y que sentía algo muy fuerte por Daniel. Al menos durante los meses que estuve fuera, descubrí lo mucho que me gustaba pasar tiempo con Daniel y lo extrañé más que a nadie. Pero después de lo que hizo Víctor anoche y de su confesión de amor delante de todos no sé qué pensar. Siempre quise olvidar a Víctor para que Bea tuviera el camino libre y pudiera ser feliz y acabo de descubrir que ella no merecía mi sacrificio.
Me encontraba sentada en mi cama con la mirada perdida en mi interior cuando se abrió la puerta de mi habitación y entró Adriana llena de curiosidad. Quería saber que pasaba por mi cabeza luego del escándalo que había provocado Víctor en su propia fiesta de cumpleaños.
-Me estoy enamorando de Daniel - dije con mi corazón lleno de dudas mientras miraba a Adriana con una mirada de auxilio, rogándole con mis ojos que me ayudara a salir de mi confusión.
Adriana no pareció sorprenderse con mi confesión. Ella sabía todo sobre lo tierno que siempre había sido Daniel. Pero aun así no creía que me convenia estar con él, pues podía recordar lo lindo que también era con Rosa y como en un tiempo me estuvo enamorando mientras era el novio de ella.
-Yo sabía que esto sucedería tarde o temprano – me dijo con preocupación pues no confiaba en el amor que Daniel decía sentir por mi – por esto quería que las cosas se aclararan a tiempo con Víctor ustedes hubieran sido la pareja perfecta y tu no hubiera prestado atención a las palabras de Daniel.
-Adriana, tú sabes que Daniel está arrepentido, recuerda que fue el mismo quien me dijo lo que estaba pasando con Rosa. Luego, terminó con ella porque se dio cuenta que lo que hacía estaba mal, saliendo con ella mientras me amaba a mí – le respondí sabiendo lo difícil que era para ella volver a confiar en las personas.
-Lo sé y también recuerdo el dolor en los ojos de Rosa cuando tuvo que pasar por esta situación, y aun no estoy segura de que Daniel no te haría lo mismo a ti.
-Algo me dice que no será así, siento en su mirada sinceridad, cada vez que dice que me quiere. Además, se ha esforzado mucho para demostrarme que ha cambiado.
-Rut yo soy tu hermana y tu amiga y en serio no quiero verte con el corazón destrozado, dale tiempo a Daniel de que pueda demostrar que merece tu corazón.
Daniel era un chico muy apuesto de piel blanca y ojos canelo con su cabello muy abundante y castaño, su cuerpo parecía tallado a manos de los dioses. Tenía todo lo que necesitaba para llamar la atención de las chicas a su alrededor. Además, era muy amable, atento, cariñoso y muy divertido. Solía ser el alma de las fiestas. Siempre que se reunían Adriana y él se encargaban de que la reunión sea un mar de risas y alegría. Lo malo sobre él era que sabía que era todas esas cosas y hubo un tiempo en el que se aprovechaba de esto para salir con cada chica que llamara su atención.
Adriana se despidió de mí pues debía irse a su trabajo. Era una gran abogada y tenía un gran juicio el día de hoy fuera del país.
Cuando me quedé sola me puse a pensar con tristeza en Bea, necesitaba respuestas. Habíamos tenido una amistad intachable por años. Tal vez Víctor se había confundido y las cosas no habían sido exactamente, así como él dijo. Necesitaba ir a buscarla para darle la oportunidad de explicarlo todo.
Aunque mi editora esperaba que le entregue un capítulo de mi próximo libro, debía tomar un momento para aclarar las cosas, de todos modos, no podría escribir con la cabeza hecha un lio.
Tomé una ducha rápida y me vestí de manera sencilla un jean y una camiseta blanca que se ajustaba a mi cuerpo y unos zapatos sin tacones. Recogí mí pelo en una cola y Salí directo a la oficina de mi amiga. Tenía que hablar con ella de inmediato, antes de sacar conclusiones y comenzar a juzgarla.
Cuando llegué su secretaria no estaba en su escritorio y decidí entrar sin ser anunciada. Cuando abrí la puerta y vi a Bea como siempre muy hermosa con su largo cabello negro cubriendo toda su espalda vistiendo un elegante vestido rojo hasta las rodillas y muy ceñido a su perfecto cuerpo. Estaba muy enojada gritándole órdenes a su secretaria con el ceño fruncido y apuntándole con el dedo. De inmediato me di cuenta de que su frustración no había sido causada por su secretaria, aunque evidentemente estaba descargando toda su ira en ella.
-Hola, Beatriz – le dije tratando de llamar su atención. Me miró e in mediatamente puso los ojos en blanco, mostrándome su molestia al verme.
- ¿Qué haces aquí Rut, no ha sido suficiente ya lo que me has hecho? – preguntó con su rostro enrojecido por la ira.
-Pero que es lo que te he hecho? – pregunté sorprendida de su actitud. Yo no tenía la culpa de lo que sucedió en el cumpleaños de Víctor, para mí eso fue una sorpresa como para ella. Nunca pensé que el sería capaz de algo como eso. Además, yo creía que Víctor yo no sentía nada por mí y para ser sincera hubiera preferido que las cosas se quedaran como estaban. Mejor aún prefería que Víctor amara a Bea tanto como ella a él.
- ¿Te parece poco robarme a mi novio en público y hacerme el hazme reír de todos? – dijo incrementando su rabia.
-Yo no te robe nada, No tengo la culpa de que Víctor haya perdido la razón
-pues claro que la tienes, ya él estaba conmigo, ¿no podía simplemente alejarte de él?
-Víctor y yo siempre hemos sido amigos, tú lo conociste a él por mi
-Eso no te da el derecho a enamorarlo sabiendo que estaba conmigo.
-Nunca lo enamoré, solo somos amigos.
-No Rut nunca fue simplemente tu amigo, tú siempre has estado enamorada de él, sé que fue el quien te besó por primera vez y los vi en tu casa barias veces más juntos de como estarían dos amigos, solo quería ver si se lo comentarías a la que decías que era tu mejor amiga, pero nunca lo hiciste.
-Eso pasó hace mucho tiempo, éramos solo adolescentes – dije con voz quebrada, mientras confirmaba lo que Víctor dijo en la fiesta - nunca te dije nada porque sabía que lo querías y no deseaba hacerte daño y además ya terminó, hace mucho tiempo que no permití que pasara más, solo por ti para que no sufrieras. Ni siquiera puedes imaginarte lo difícil que siempre fue para mi luchar tanto en contra de lo que yo sentía. Si nunca te dije nada fue para no verte sufrir.
-No linda lo hiciste porque siempre quieres ser la mártir, la que sacrificas todo, nunca pensaste en mí, solo quería mantener tu postura de amiga sacrificada.
- ¿Así? ¿y que gano yo a cambio de mantener esa postura? ¿tu admiración? Porque no creo que valga la pena sacrificar mucho por eso. Lo creas o no si dejé a Víctor fue por ti, y me alegré bastante cuando supe que por fin estaban juntos, además si tú, sabias lo que estábamos sintiendo nosotros ¿porque decidiste salir con él? – le pregunté tratando de entender por qué mi mejor amiga había actuado con tanto egoísmo.
-Porque yo no soy tú, yo amo a Víctor y en nombre de ese amor debía hacer lo que fuera para estar con él. No me interesa ser la sacrificada, prefiero ganar y ser feliz, yo no puedo ser tan hipócrita.
- ¿Ganar? ¿Acaso estábamos en una competencia, donde Víctor era el gran trofeo? – pregunté mientras me sentía muy indignada.
-De hecho, Víctor siempre ha sido lo que más he querido y lo iba a obtener aun pasando sobre ti.
-Qué raro se siente ver que no te conocía, que todo lo que creía de ti era una mentira – dije sintiéndome engañada.
-Si es cierto Rut tu no me conoces, pero tranquila ya lo harás – me dijo con gran seguridad.
-No, si eres como la que estoy viendo en este momento no me interesa conocerte – dije mientras salía corriendo de su oficina. sentía como las lágrimas corrían por mis mejillas, sé que pude escuchar el sonido de mi corazón mientras se rompía en mil pedazos. Había perdido a mi mejor amiga, era casi como mi hermana. Siempre confié en ella, estaba segura de que nunca me traicionaría.
Que tonta había sido todo este tiempo, ni siquiera sé cómo fue que sucedió. Siempre pensé que Bea y yo seriamos inseparables, pero ella nunca sintió lo mismo por mí. Pero que equivocada estaba, al final Adriana siempre tuvo razón, Bea era solo una egoísta. Y pensar todas las veces que la defendí y hasta terminé discutiendo con mi hermana a causa de ella. Yo entregué todo por nuestra amistad y siempre pensé que era correspondida.
Fui directo a mi auto y antes de ponerlo en marcha pensé que tal vez no debí venir, ahora me sentía peor que antes. Aunque al menos ya no estaba confundida, estaba segura de que Bea era perversa y que nunca fue sinceramente mi amiga.
Cuando llegué a mi casa fui directo a mi habitación, no podía esperar más para dejar salir todas las lágrimas que aquella conversación tan amarga había provocado. Solía mostrarme fuerte ante los ojos de los demás, nunca me interesó que otros me vean llorar, pero la verdad es, que a solas siempre fui sensible y emotiva.
Mientras lloraba tendida sobre mi cama mi teléfono comenzó a sonar, era mi editora, pero yo sabía que ese no era el momento de conversar con ella. A pesar de que sabía que tenía que trabajar, no me sentía en condiciones de hacerlo y aunque lo intentara no podría concentrarme. Estuve toda la tarde en mi alcoba pensando en el gran giro que había dado mi vida de un momento a otro.
No sé en qué momento me quedé dormida, pero desperté con el sonido de mi celular. Recibí un mensaje de Daniel invitándome a dar una vuelta esa noche.
Después del día tan amargo que tuve tal vez era buena idea salir despejar un poco mi mente. Eso haría que me relaje y pueda comenzar a trabajar, sabía que no podía descuidar i trabajo. Amaba lo que hacía y mis libros estaban teniendo gran éxito.
De inmediato le respondí diciéndole que iría. Me dijo que llegaría por mí en hora y media. Me alegré de tener tiempo para arreglarme.
Me levante de inmediato y me di una ducha, me puse un vestido rosa ceñido y un lindo escote, unos tacones negros los cuales combinaría con mi bolso. Dejé mi largo cabello castaño suelto y le hice algunas ondas. Me puse un maquillaje sencillo y un perfume con un aroma muy dulce. Me sentía hermosa y lista para la ocasión. Siempre me gusto arreglarme, me gusta mucho la moda, de hecho, en mi adolescencia llegue a pensar en estudiar diseños de moda. Al final terminé inclinándome más por la escritura, estudiando filosofía y letras para convertirme en una gran escritora.
Cuando Daniel llegó por mí ya estaba lista. Se quedó asombrado, recorrió todo mi cuerpo con su mirada haciéndome en sonrojar al instante. Pude sentir como mis mejillas se teñían de rosa al mismo tiempo que mi cuerpo se erizaba por completo al ver su hermosa sonrisa de medio lado que solía volverme loca. Estaba segura de que con su mirada penetrante y su hermosa sonrisa eran las herramientas con las que me había conquistado.
Desde que lo vi por primera vez pude sentir como un no sé qué recorrió todo mi cuerpo. Se quedó mirándome fijamente y me brindó esa hermosa sonrisa. Sabía que yo había llamado su atención al instante, aunque yo aún estaba enamorada de Víctor. Debo confesar que Daniel me cautivó y había algo en él que aún no entendía pero que me atraía demasiado.
Daniel estaba hermoso con su camisa negra manga larga y muy ajustada a su cuerpo de modelo, parecía recién salido de una revista de moda. Cualquiera que lo viera quedaría derretida de inmediato. No puedo creer como es que no me había dado cuenta lo mucho que me gusta y todo lo que despierta en mi con solo mirarlo.
Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. La mujer que Pierce nunca podría olvidar incluso si ya hubiera acordado casarse con Kelly. *** Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. *** Dado que su amistad se había convertido en una jaula, Kelly decidió dejarlo en libertad, así como a la miserable misma. Pero ¿por qué entonces fue Pierce quien se negó a seguir adelante? Para empeorar las cosas, su diabólico hermanastro también intervino de manera dominante al mismo tiempo, pidiéndole que fuera suya. *** ¿Su príncipe azul contra su hermanastro diabólico? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio?
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
Después de que Ellie recuperara su verdadera identidad, se encontró en un inesperado matrimonio con el Sr. Thorpe, un hombre lisiado que era despreciado por todos. Su exnovio infiel aguardaba su arrepentimiento, mientras los demás la miraban con sorna. Sin embargo, para Ellie, su aclamado bar no era más que un proyecto secundario. Su vasta colección de joyas parecía trivial. Los mejores diseñadores estaban a su disposición. Poseía autos de lujo, grandes mansiones e incluso islas privadas. Tenía el poder de ganar prestigiosos premios y vengarse de su infiel ex y de la amante descarada de este. No obstante, para los extraños, su vida parecía aburrida, ensombrecida por la discapacidad de su marido. Un día, el Sr. Thorpe se levantó de su silla de ruedas, incapaz de mantener la fachada por más tiempo. "Ya no puedo seguir fingiendo. Mi mujer es demasiado extraordinaria", declaró. Ellie, con las manos en la cintura y los dientes apretados, se enfrentó a él: "¿Y el divorcio que prometiste?". Tocándole suavemente el vientre ligeramente abultado, el Sr. Thorpe respondió en voz baja: "¡En tus sueños!".
Sawyer, el mayor traficante de armas del mundo, dejó a todos en shock al enamorarse de Maren, la chica insignificante que nadie respetaba. La gente se burlaba: "¿Por qué perseguir a una cara bonita inútil?". Pero cuando las élites más poderosas empezaron a rodearla, sus mandíbulas cayeron al suelo. "¿Ni siquiera están casados y ella ya está aprovechando su poder?", suponían. Los curiosos investigaron el pasado de Maren... solo para descubrir que era una genio científica, una médica de fama mundial y la heredera de un imperio mafioso. Más tarde, Sawyer publicó en redes: "Mi esposa me trata como al enemigo. ¿Algún consejo?".
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…