/0/18295/coverbig.jpg?v=3bdbe7f56495dd33626ef1d74dd0e3e3)
Elena Rojas regresó a casa en la Ciudad de México tras años en el extranjero, donde la esperaban sus padres y el caos familiar de siempre. Pero la familiaridad se hizo añicos al encontrar a su hermano menor, Miguel "El Rayo" Rojas, la joven promesa del fútbol, consumido por la angustia antes de un reality show. Miguel estaba destrozado, no por la presión del programa, sino por los titulares venenosos que lo llamaban "LADRÓN" y "TRAMPOSO", acusándolo de comprar su lugar y robarle el sueño a otro. Sus propios padres le daban la espalda, su padre lo veía como un circo ajeno a sus negocios y su madre le aconsejaba dedicarse a algo "más decente". Ante la desesperación de Miguel y la indiferencia de su familia, Elena sintió una rabia helada. Si nadie más lo defendería, ella lo haría, sin importar el costo.