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Soy Sofía Montoya, estudiante de Bellas Artes. Me había enamorado perdidamente de Mateo Vidal, un empresario influyente y mecenas, creyendo que nuestra relación era especial y que él era mi protector. Pero un día, el vídeo de nuestra intimidad se extendió como la pólvora por la universidad, convirtiéndose en una humillación pública. Las risas de Mateo y sus amigos revelaron la cruel verdad: todo era una venganza orquestada por Isabella, su hermanastra y prometida. Mi mundo se derrumbó. Los mensajes y burlas inundaron mi móvil, y mi padre me echó de casa, comparándome con mi madre y abandonándome a mi suerte. Lo peor llegó cuando Mateo, el hombre que amé, permitió que sus amigos me secuestraran, me torturaran y me dejaran marcada con cicatrices físicas y emocionales permanentes. ¿Por qué tanto odio? ¿Por qué mi existencia era un pecado tan grande como para merecer este infierno? Al despertar en el hospital, humillada y sin fuerzas, Isabella intentó matarme. Pero no me morí. En ese momento, decidí. Desaparecí. Me alejé para sobrevivir, sin mirar atrás, eligiendo que el pasado no me definiría más.