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Dicen que todo lo que empieza algún día tiene que acabar, y eso es lo que pasó con Alex y Rosalie. Tras 4 años y medio de noviazgo deciden separarse, ¿por qué? Simplemente porque sus caminos tomaron rumbos diferentes, las cosas ya no eran como antes...sólo estaban juntos más por costumbre que por amor. Pero el destino es muy obstinado, quizás no todo acabó como ellos esperaban, quizás sólo hay una última oportunidad para vivir lo que podría ser lo mejor de sus vidas.
Rosalie POV
Era lindo estar así, simplemente en su habitación viendo como él juega videojuegos.
-¿Segura que ya no quieres jugar, amor?- me pregunta Alex, mi novio.
-No...estoy un poco cansada- él asintió y siguió concentrado jugando.
Yo sólo estaba con mi cabeza recostada en sus piernas, mi mirada viajaba de la pantalla de la televisión a la cara de Alex. No podía creer que ya llevábamos 3 años de noviazgo, ¿cuántas cosas no hemos aprendido el uno de otro? ¿Cuántos problemas no hemos tenido y superado? ¿Cuántos lindos momentos hemos vivido juntos?
Si me pusiera a contar todos aquellas acciones que me han hecho enamorarme de él probablemente no acabaría ni en un millón de años...bueno no es para tanto, sólo sé que no quiero que este momento termine nunca; recuerdo cómo comenzó todo.
*Flashback*
Primer día del instituto y mis nervios están a raya, lo cual se debe a que los primeros días nunca se hace nada productivo y a que conozco a la mayoría con los que estaré en clase.
Llegué unos minutos antes de lo esperado así que recorro la escuela para ver dónde quedan las cosas básicas que pueda necesitar, por ejemplo los baños y la cafetería. Tomé mi horario y camino al salón donde se supone que me tocaba mi primera clase, encuentro el salón y entro, busco el mejor asiento y lo encuentro; es uno junto a la ventana, está en medio de las filas de bancas así no estaré ni muy atrás ni muy adelante.
Al poco tiempo otras personas empiezan a llegar, algunas las conozco y las saludo, pero entran otras que nunca en mi vida las había visto. Llega una chica que estuvo conmigo en mi pasada escuela, creo que se llamaba Ayleen; no recuerdo haberle hablado mucho, ella era algo tímida.
-¿Está ocupado este asiento?- me pregunta.
-No- respondo sonriendo.
-¿Puedo sentarme contigo?
-Claro- ella sonríe agradecida y se sienta, el silencio se siente como cuchilla entre nosotras, por lo que me veo impulsada a hablar.- ¿Y cómo te ha ido en estas vacaciones?
-Uh, pues bien...me quedé en casa viendo series y películas, ¿y a ti cómo te fue?
-Pues creo que bien, mi familia no salió así que creo hice lo mismo que tú.
No tuvimos más tiempo para platicar, el maestro llegó.
-Buenos días muchachos, mi nombre es Simón Smith y seré su maestro de Historia- se presentó, luego fue interrumpido cuando tocaron a la puerta. Era un chico que al parecer llegaba tarde.
-Lamento llegar tarde, me he perdido en el camino- dice ante la mirada severa del profesor, este le hace la seña para que pase. Mientras él camina hacia un asiento que está hasta atrás, yo lo observo un poco. Se mira que es muy serio pero es algo atractivo. Tiene la palabra "misterio" grabada con letras neón en la frente.
Las clases transcurren y por fin llega la hora de descanso, voy a la cafetería junto con Ayleen, hemos hablado un montón en clase ya que nos han puesto trabajos en parejas...además no está nada mal que empiece a hacer amigas. Encontramos una mesa vacía y vamos hacia ella.
-Ya quiero tener vacaciones- dice Ayleen tomando su comida.
-Yo igual y eso que apenas llevamos unas horas aquí.
-No me quiero ni imaginar cómo será en unos meses con todos los trabajos, tareas y eso- asiento mostrando que concuerdo con ella.
Empecé a quitar el papel donde tenía mi hamburguesa pero mi atención se vio desviada cuando un chico entró a la cafetería, era el chico que llegó tarde al salón. Era extraño identificarlo así pero no sabía su nombre así que mientras tanto lo llamaría así. De repente él fijó sus ojos en los míos, me atrapó viéndolo, mis mejillas se comenzaron a sentir calientes, él elevó una ceja y yo desvié la mirada.
-Ese chico es extraño- dice Ayleen, obviamente hablábamos del mismo chico.- Tiene un toque de no sé qué que me da cosa, siempre está solo...bueno, al menos en clase no lo vi socializar con nadie.
-Umm es el primer día, ha de ser por eso- aseguré, Ayleen bufó y se concentró en su comida.
*****
Ya había pasado 2 semanas de clases y el chico que llegó tarde seguía sin hablar con nadie en el salón de clases, durante el descanso siempre lo miraba solo sentado con sus audífonos puestos. En ocasiones noté que algunas chicas se acercaron a hablarle pero tal parece que las corría o no sé qué hacía para que ellas se apartaran de él.
Comienzo a pensar que Ayleen tiene razón, se trata de un psicópata asesino que se oculta en un adolescente y por eso siempre es solitario; si hace "amigos" los lleva a algún lado y los asesina violentamente.
Tenemos mucha imaginación ¿no?
Ya está por sonar el timbre para el inicio de clases y Ayleen ni sus luces, todos los asientos están ocupados, cosa que es realmente rara porque nunca sucede esto. Creo que hay menos mesas y sillas, veo el salón un poco vacío o quizás está más amplio que ayer, depende de cómo lo quieras ver.
Veo de reojo una silueta entrar al salón, pienso que se trata de mi amiga pero al levantar la vista veo que es el chico extraño, él comienza a ver a todos lados y ve que su asiento ya está ocupado, busca por otro asiento hasta que mira el asiento que está desocupado a mi lado, viene hacia acá.
-Disculpa ¿podría sentarme aquí? No hay más lugares- el timbre suena y con eso ya sé que Ayleen no vendrá y aunque llegara el maestro no la dejaría entrar, él es un maniaco de los timbres así que si llegas después del timbre olvídate de la clase.
-Claro- él toma asiento a mi lado y me tengo que contener las ganas de voltearme a mirarlo para descubrir si es un psicópata o no.- Oye, ¿cómo te llamas? Somos compañeros de clase y no sé tu nombre- digo tratando de simular simpatía, todo esto lo hago para buscar su nombre en google y ver si no tiene algún historial sospechoso.
-Alex- murmura y se voltea, comienza a sacar un cuaderno ya que la clase empieza.
Odio esta clase, historia es la clase más aburrida que podré tener en toda mi vida, además no tengo con quien platicar. Miro de reojo a Alex y veo que él ni atención está poniendo a lo que dice el maestro, en su lugar, está dibujando. Arranco un pedazo pequeño de una hoja de mi cuaderno.
"Yo soy Rosalie"- escribo y disimuladamente la pongo al lado del cuaderno de Alex, éste ve la nota con el ceño fruncido como si se tratara de un problema de matemáticas imposible de resolver. Segundos después lo toma y lo abre.
Veo que escribe algo y al terminar me la devuelve.
"¿Mucho gusto?"- leo.
"¿El gusto es mío?"- le respondo.
"Deberías poner atención en la clase"
"¿Así como tú también deberías?"- veo que sonríe al leer la nota e instantáneamente las comisuras de mis labios se elevan.
"No me pidas poner atención, esto está para suicidarse"
"¿Entonces qué quieres hacer?"
"Dibujar"- bueno ahí está la forma más educada de decir chica-me-interrumpes-aléjate.
"Bueno, perdón si te interrumpí...creo que pondré atención a la clase".
"Sí, yo igual"- veo de reojo cuando recarga sus brazos en la mesa y mira al maestro.
Y mi intento por ser amigable con el chico extraño y solitario acabó ahí.
*****
Un mes después.
-Me siento ignorada en estos momentos- murmuro a pesar de que sé que Alex ni me hará caso.- ¡¡Alex!!- grito y él por fin voltea.
-¿Mande?
-Hazme caso, caray. Estoy aquí muriendo de aburrimiento- Alex pone los ojos en blanco y sonríe.
-Es que estoy viendo cómo desarrollar la telequinesis.
-Eso no existe Alex, ahora hazle caso a tu amiga.
-Quizás si exista, Rose...sabías que primero tengo que comenzar a visualizar cosas pequeñas, tengo que observar cada mínimo detalle, sentir el objeto, saber cuál es su olor y su color...- veo como en su frente se forma una pequeña "v" que siempre aparece cuando está demasiado interesado en algo.
-Y además tienes que ser el objeto, ¿no?- digo sarcásticamente y sólo gano una mirada de enfado por parte de mi amigo.- Ya pues, lo siento...es que estoy muy aburrida.
-¿Qué quieres hacer si el descanso está por acabar?- así es, nos encontrábamos en la escuela pero ya no podía soportar estar aquí.
-Lo que sea que nos lleve fuera de este lugar- aseguré.
-Bien, vamos- se levanta y toma mi mano.
-¿A dónde vamos?- vamos saliendo de nuestro pequeño escondite.
-Tú cállate y sígueme.
-Vale.
Después de 20 minutos ya nos encontramos fuera de la escuela.
-¿Y ahora?- le pregunto.
-Vamos de compras- sonríe y lo tomo del brazo mientras nos dirigimos a la estación de autobuses.
Compramos varias bolsas de papas, refrescos y dulces, después pasamos al McDonald's y compramos una hamburguesa para cada quien con sus respectivas papas fritas. Volvimos a tomar el autobús y llegamos a un sitio alejado que ambos conocíamos muy bien.
-¿Qué te parece mi plan?- pregunta entusiasmado.
-Asombroso, hace mucho que no veníamos aquí- nos acercamos a las vías y dejamos todas nuestras cosas a un lado.
Cuando recién me hice amiga de Alex pude ver que era un chico demasiado cerrado en muchos aspectos, en ocasiones tenía que sacarle las palabras a fuerzas. Él y yo empezamos a vernos fuera de la escuela, primero era por asuntos de la escuela y luego por gusto. Y por alguna extraña y misteriosa razón él me trajo a este sitio.
Decía que era un lugar muy lindo y tranquilo en donde podías pensar con claridad, y tenía razón. Cada vez que tengo algún problema vengo aquí y como si fuera por arte de magia mi mente resuelve todos esos problemas y son más ligeros.
Alex me había vuelto adicta a este lugar.
*****
Dos meses después.
-¿Entonces me acompañarás a la tienda de videojuegos?- me pregunta Alex. Estamos bajo las escaleras, hace tiempo que encontramos este pequeño escondite y siempre que podemos venimos aquí.
-Ya te dije que sí, tengo que estar ahí para que elijas un buen juego para los dos- Alex pone los ojos en blanco y saca un cuaderno.
-Soy un cobarde- dice después de unos minutos en silencio. Me entrega un papel doblado a la mitad, casi siempre nos comunicamos por notas, al final de cuentas así fue como inició nuestra amistad. Aunque él no se ha dado cuenta que lo quiero más que como amigo, cuando estoy con él me siento muy cómoda, es como si pudiera ser simplemente yo y no importara lo que los demás piensen de eso.
Desdoblo el papel y comienzo a leer su contenido.- ¿Pero qué di.... – dejo de hablar, lo que dice la nota me ha dejado muda. Mi boca se encuentra abierta en forma de "O", y puedo apostar que mis ojos están desorbitados en estos momentos.
-Lo siento, nunca debí de preguntarte eso- dice afligido, se levanta y camina para irse, rápidamente me levanto, lo tomó del brazo y lo jaló impidiendo que se vaya.
Alex voltea confundido y yo sin pensarlo dos veces tomó su cara y lo beso.
-Si Alex, si quiero ser tu novia- susurro.
*Fin de flashback*
Teníamos una historia muy loca pero era la mejor historia de todas.
¿Alguna vez se han enamorado de ese típico amigo guapo, sexy, más grande que tú, con sonrisa Colgate, con los ojos más hermosos jamás vistos y que además es amigo de tu hermano? ¿No? ¿Sí? Pues Shaleen sí, bueno no...más bien sí pero nada es como parece, todo le salió al revés. Ese amigo guapo y sexy en realidad no eran tan guapo, su sonrisa no llegaba a ser de Colgate y mucho menos tenía hermosos ojos...él usaba anteojos extraños. Oh y en lugar de ser amigo de su hermano, era amigo de su hermana. Pero eso no es todo, todos sus compañeros de escuela se vuelven en su contra, hasta su propia hermana. Pero un chico mayor nunca se fijaría en una chica como Shaleen, ¿o sí? Y por si fuera poco llega otro chico y le complica más la vida...sí, la vida puede ser un desastre.
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Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
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