Desde esos tiempos empezaron la cacería, quien fuera que tuviera indicios o un color de ojos diferentes los humanos lo mataban, no podían regresar a esa masacre que se vivió hace años...
Pero uno, un humano con un hijo especial, uno con magia decidió cuidarlos a todos tal y cómo debería hacer un padre, intentó salvar a todos y educarlos, ese padre...ese hombre que ocultó a todo un mundo de magia en unas paredes de concreto fue:
Lewis Degener.
Los humanos siguieron de generación en generación viviendo con estas criaturas en su día a día gracias a Lewis Degener, gracias a ese escuela que creo, que pasó de generación a generación cuando él murió, llamándose hoy en dia:
Barve
Nombre que le dio Lewis, que salvó a tantos niños de ser asesinados por humanos sólo porque ellos no entendían sus poderes, que los trato cómo un padre a toda esa generación para que vinieran muchas detras de esa respetando a Lewis y lo tanto que arriesgo.
Había doce colores, doce poderes que desde años no han cambiado, todos viviendo y aprendiendo en un solo lugar:
Gris: Telequinesis.
Morado: transformación.
Rosado: rapidez.
Blanco: leer mentes y sentimientos.
Rojo: fuego.
Azul: agua.
Verde: tierra.
Turquesa: viento.
Marrón: Fuego, agua, viento, frío y tierra.
Negro: Frió.
Vinotinto: magia
Anaranjado: futuro y reflejos.
Esto era un patrón, el color que menos había en el mundo era anaranjado, por una extraña razón que hasta el día de hoy es desconocida, por más que generaciones de directores de Barve intentaban descubrirlo Ya que sabemos la historia, podemos seguir al presente.
Hoy en dia la mayoria de estos chicos con magia, sobrenaturales se encuentran en un pequeño pueblo conviviendo con humanos, estudiando y aprendiendo sus poderes en Barve, todas estas generaciones se concentraron en quedarse en un lugar o cerca de este, o en su caso mandando a sus hijos a Barve, ninguno ha sido descubierto por humanos gracias a algo llamado: lentes de contacto. Era un peligro que su magia fuera descubierta, un riesgo que ellos no iban a correr, no a este punto de la historia.
ー¡Tenemos que salir ya!ー susurró rápidamente la pelinegra, aun gateando intentando salir de la ventilación sin que la intrusa se enterara, la pelirroja iba cansada pero la seguía,↞tenemos que salir ilesas↠ era lo que se repetía una y otra vez la pelirroja en su mente, para no perder la poca fuerza que le quedaba gracias el alcohol en su sistema.
ーTengo miedo Beianー le confesó la pelirroja a la pelinegra sollozando, aun no podía creer que se armaron de valor, que ella mejor dicho se había armado de valor para escapar, la salida de la ventilación estaba tan cerca que cada vez sus latidos eran más rápidos, Beian no se molestó en contestarle a Heibrid ambas iba a salir de ahí, costase lo que costase.
ーPrepárate para correr lo más rápido que puedasー le mando Beian deteniéndose, cómo pudo giró la cabeza para ver a Heibrid quien tenía lágrimas cayendo por sus ojos gracias a el polvo de la ventilación, Beian cada vez que miraba a Heibrid a los ojos quedaba asombrada por su color ー¿me entiendes?ー esta vez parecía que la estaba regañando, Heibrid solo asintió aun con el corazón en la boca.
ーDirecto a tu habitaciónー repitió ella cómo un mantra, aunque en realidad era un plan que ellas habían estado estudiando desde el día que la tía de Beian le dijera que no podía salir.
ーEso esー la alentó, relajada ahora que sabía que Heibrid y ella iban a salir de ahí, de ese infierno donde ellas mismas se metieron ya que la noche anterior se habían escapado, en su mente Heibrid con miedo que la tía de Beian las descubriera contó hasta tres, en cuanto Beian salió ella hizo lo mismo dudosa pero lo hizo, en cuanto su cabeza estaba fuera quedó helada, frente a ellas estaba la tía de Beian, cruzada de brazos pero con una sonrisa victoriosa de descubrir a su sobrina y a la mejor amiga. Heibrid solo dejo caer sus brazos a un lado rendida, y Beian se colocó derecha cómo si fuese a pelear, pero para sorpresa de ambas la tía solo soltó una carcajada, lo que ellas no sabían era que esa señora, esa señora loca que las había cuidado todos estos años estaba tan orgullosa de lo que acababan de hacer, sabía que ellas estaban tan preparadas por si algo les pasaba.
ーVuelven a escaparse, y no van a ver más la luz del día.ー las amenazó, intentando esconder su orgullo y hacer lo que un "adulto" debe hacer, ambas chicas asintieron rendidas pero a la vez tan confundidas que no hicieron preguntas: Así era Melani. Ambas llegaron a su habitación y se acostaron en la misma cama, Heibrid cansada y Beian con una sonrisa en su cara por haberse liado al chico que le gustaba en la fiesta.
ーNunca voy a entender que te gusta tanto de esas fiestasー comentó Heibrid cerrando los ojos, Beian solo soltó una pequeña risita y se levantó a apagar la luz.
ーNunca voy a entender porque no te gustanー dijo risueña, apago la luz y corrió hacia la cama, cómo si alguien la estuviera persiguiendo, Heibrid negó divertida aun sin abrir los ojos «tan miedosa y tan valiente a la vez» ella siempre que se encontraba en situaciones asi le parecía incómodo y la única razón por la cual iba era porque su mejor amiga iba . Mientras Beian aun pensaba en ese momento con el chico de sus "sueños" Heibrid solo se dejo caer en el sueño, «mañana tendrán tiempo para contarse todo lo de anoche con Melani y su tazas de café» fue lo único que pensó la pelirroja antes de dormirse.
Un golpe fuerte en la planta de abajo las hizo despertarse a las dos de golpe, ambas se miraron a los ojos confundidas y aun soñolientas pero ambas con un mal presentimiento, Otro gran golpe.
ーLlama ya a la policíaー le susurró Heibrid a Beian con la voz temblorosa y con el corazón latiendo a mil, ambas se levantaron de la cama, Beian con el teléfono en la mano marcando el numero del 911. Cómo si fuera un reflejo le tapo la boca a Heibrid y su grito fue ahogado por la mano de Beian. Pero los gritos que sonaron fueron los de Melani pronunciando una y otra vez la mismas palabras :ーDegenerー una y otra vez entre los golpes cada vez más fuertes, y esa era la señal que les había enseñado a las chicas desde que ambas tenían uso de razón, era un código, ambas quedaron paralizadas del miedo.