jo y de ojos verdes, algunas pecas debajo del ojo, pequeñas pollitas sueltas y galantes, aquellos Cachinh
asual, era muy elegante, al caminar y hablar, ahora pasando su momento de estrés él hablaba tranquilo c
ntado cuando lo hizo, me sentí aliviado de que mis amigos eran unas "puertas", así com
só una lista de libros para ser leídos hasta el final del trimestre y dej
nuestra sala era fija, o sea no cambiábamos de sala de acuerdo con las materias, quienes cambiaban
í y a Rebeca. - Pueden sentarse hasta en la ve
gos, la próxima clase era Biología con la profesora Lena, ella solo echó un vistazo y todo el mundo se quedó
a que esto iba a salir mal al día siguiente, tenía curiosidad por saber cómo iba a te
a este año. - Eduardo c
una mirada y la frase e
que su padre va a venir aquí para arreglar algo? De hecho, ni siquiera le habla a ella ni a su madre, actúa como si fueran
ahora finge que no existe. - Hablé un poco sin querer, no quería estar defendiendo a
e como la hija le dijeron para morir, la cosa está bien fea en aquella casa. - Eduardo continuaba bajando
as cosas que leer y deberes, el único momento en qu
mé un resumen de las obras de literatura de mi amado Barsa, luego fui a biología, no podía perder
ía que todo iba a ser complicado, yo no iba a conseguir frecuentar las clases por la noche, despertar a las cinco de la mañana
enía mucho dolor en la espalda y a veces sentía que iba a desmayarme, Yo también era privado de a
eo que estaba tan exhausto que dormí en la clase de física, la profesora era Carmem, ella conocía mis dilemas y
o obligó a mis padres a enviarme a la escuela, João, también fue obligado a ir, pero n
ropa nueva en el armario y me puse las viejas para no tener problemas en casa, pensé que si esperaba la lluvia pasaría, P
s se ablandó y comenzó a sangrar, no me di cuenta de eso
detuvo a mi lado, solo noté que era él cua
entra o te meto en ese
tendría fuerzas suficientes para eso, yo ya estaba todo mojado, la lluvia caía sin ninguna piedad de mi ser, era como el ácido que se der
entro, ahora yo era su cautivo, sus ojos parecían agresivo
a inventar alguna excus
inclinó hacia el asiento de atrás y tomó una toalla dentro de u
por unos segundos, yo no tenía mucha salida, debería contar
untarse qué sucedió cuando vea. - Apreté mis ojos y luego me puse la toalla en la cara,
veré obligado a denunciarlo. - Su voz sería y un poc
n ser ciudadanos de bien, pero en realidad son solo ... - Le di la toalla, no tenía sentido explicar mis motivo
ta del coche, y en ese momento
y cuando aceptes ayuda. - No sé en qué momento decidió ayuda
racias
e él me llevaría a casa, comencé a sudar frío, él pasó con el coche por la granja y yo podía ver las luces de la pequeñ
ero obviamente yo conocía a los dos Dogo argentinos y era siempre yo el que los alimentaba, era yo jugando