vista d
Globos en tonos pastel flotaban perezosamente contra los candelabros de cristal, y una lujosa mesa de postres b
amián, siempre el anfitrión encantador, se deslizaba entre la multitud, con el brazo alrededor de Ximena, que ll
lla llegó.
fatizar su esbelta figura, un marcado contraste con mi propia elegancia discreta. Su cabello estaba peinado en intrincados rizos, y
ría, corriendo hacia
liz cumpleaños, mi princesita! ¡Tía Brend
tro había un joyero de madera pintado a mano, intrincadamente tallado, cubierto de purpurina
exclamó Ximena, abrazándola con fuerza. "¡D
o y esfuerzo en este regalo que Damián en su mascada de diseñador para mí. Estaba co
a caja muy hermosa, Brenda", dije, mi voz tra
bes que me encantan los proyectos creativos. Solo pensé que Ximena me
elladona de la Sierra. Un color tan impresionante, pero tan mortal. Recuerdo que una vez tuve una reacción alérgica grave a su p
ado radiante, palideció dramáticamente. Sus ojos se movían nerviosamente entre la caja y yo. Las mariposas de la caja
das cómplices. Una onda de incomodidad se extendió por la pequeña multitud. C
u voz de repente delgada, su sonrisa confiad
ervaba discretamente la escena. "Por favor, haga que retiren esta 'caja mágica' inmediatamente. Parece represen
asintió en silencio y se ac
Brenda la hizo!". Enterró su rostro en el costado de Damián, las
í, y luego a su hija llorando. Intentó proyectar calma.
a anterior había sido tan grave que casi me mata. La idea de que Brenda, conociendo mi historial, pudiera haber elegido intencionalmente un material tan tó
la niña, y ahora, Brenda la estaba poniendo en peligro activamente, todo para ganar favor. Mi propia alergia, una experiencia cercana a la muerte, había
ía instalado en la habitación. Brenda se retiró a
lpeó un vaso con una cuchara, atrayendo la atención de to
. "Significa mucho para nosotros tenerlos aquí, compartiendo nuestra alegría". Hizo una pausa, su mirada rec
anuncio muy especial. Un agradecimiento a alguien que se ha convertido en una parte invaluable de nues
hundió. Sabía
ndose hacia Brenda, que ahora sonreía radiante, "¡que no
círculo íntimo de Damián. Brenda flotó hacia ellos, irradiando triunfo. Abrazó a
rillando. Le presentó a Ximena otro regalo más pequeño, una pequeña y r
Tía Brenda, eres la mejor! ¡Eres la mejor mami!", declaró, lo sufici
a observadora silenciosa de una vida que creía que era mía. Mi crianza disciplinada, mis intentos de inculcar resiliencia, mi cuidadosa c
aber sido incomodidad o incluso lástima en sus ojos. Rápi
a, cariño, no seas tan rígida. Es una celebración. Y Brenda
ar celosa. Me acababa de humillar públicamente, me había reem
un gusto más exigente sobre quién permito que influya en mi hija". Mi mirada se desvió hacia Brenda, que todavía se regodeaba en el brillo de su triunfo. "Desp
puro veneno en sus profundidades. Abrió la boca para replicar, pero Damiá
endo sus rostros curiosos y susurrantes. "La nueva 'madrina' de mi esposo para Ximena parece tener un talento peculiar para exponer 'accidentalmente' mis propia
o el color. "¡Elena! ¡Eso es alg
lo fácil que algunas personas olvidan. O quizás simplemente creen
da sin revelar su aventura. Estaba atrapado, atrapado en la red de su propia creación. Los invi
silenciando la habitación. "Elena", dijo, su voz tranquila, pero con un acero subyacente. "Quizás es hora de que te dirijas a tus invitados. Tod
olando mis facciones. "Claro, papá. Gracias". Caminé hacia el escenario, con la ca
ropecé. La tela, una delicada seda, se rasgó con un sonido nauseabundo. Un des
ostillas. Miré hacia abajo, horrorizada, luego hacia arriba para ver la mano d
saboteado. El vestido, una pieza de alta costura, estaba arruina

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