vista d
mi oficina, con una bolsa de compras de diseñador colgando de una mano y una amplia sonrisa en
clinó, intentando besarme, pero sutilmente giré la cabeza, ofreciéndole mi mejilla.
ve, controlada, un marcado contraste con el tumulto en mi pecho.
sa. Pero incluso tú necesitas un descanso". Puso la bolsa de compras en mi escritorio, el crujido del papel de seda r
pado floral, sin duda exquisita y exorbitantemente cara. Una ofrenda de paz
taminado, una manifestación física de sus mentiras. Era un recordatorio tangible de la mujer a l
vida, como mi Elena. Y sabes, incluso le compré algo a Ximena. Una muñequita que ha estado queriendo". Siguió parlotea
testimonio del "accidente" que había presenciado en la calle. Su "gran reunión" había involucrado un dramático accidente de coche con su amante, y
ía comprado cada boleto para su espectáculo. La idea hizo que se me apr
ado en un traje sastre beige, entró con una pila de expedientes en los brazos. Sus ojos, u
a pausa, su mirada deteniéndose en la bolsa de compras de mi escritorio. "Esa mascada se ve absolutamente divina, Elena
o, su toque me hizo tensar. "Claro que no, Brenda. Solo un detall
brazo. "Brenda, estoy bastante ocup
rminar de compilar esos informes que solicitó. Pensé en traérselos personalmente". Colocó los
da siempre es tan eficiente, Elena. Una trabajadora tan dedicada".
dedicada a arruinar mi vida, a robar a mi esposo, a c
mi voz fría, mis ojos nunca apartándose de los suyos. Un des
lveré a mi escritorio". Comenzó a irse, pero no sin antes intercambiar una mirada
"A veces, Elena, eres un poco dura con el pers
do. Defendiendo a su amante, la mujer
por hoy. Tengo trabajo importante que hacer". Me levanté, recogiendo algunos
abrumadora oleada de náuseas me golpeó. Mi cuerpo sentía que
bablemente pensó que estaba siendo difícil, que simplemente estaba
s últimos seis meses. Y lo necesito ahora. No me cuestione". Mi voz era tranquila, pero tenía una autoridad innegabl
pero también proporcionarían la evidencia que

GOOGLE PLAY