Alejand
sa pareció detenerse, los tenedores suspendidos, las conversaciones muriendo. T
miradas yendo y viniendo entre Humberto y yo. Una de ellas, Sara, una gerente j
nto. Mi acto fin
e Karla, mi expresió
ando el silencio como un cuchillo-, no estoy esper
e la conversación, todo cesó. El aire se sentía espeso, pesado de un shock tácito. L
ía-. Qué terrible noticia. Pero, ¿sabes qué? Eres increíble. Te mereces a alguien que realmente te v
genuina tocó
sintiéndose sorprendentemente ligeras
istal rompiéndose
o brillando ominosamente en su mano. Sangre, oscura y cruda, perlaba su palma, goteando sobre el mantel blanco
stello de preocupación en mi corazón, ninguna oleada familiar de inquietud.
r un silencio incómodo. La cena terminó abruptamente, la gent
era, apenas un susurro, mientras recog
ondí, mi voz tranquila, inqu
ngrando, su rostro una máscara de shock e incredulidad. El viaje a casa fue silencioso
or. Me quité los tacones, mi espalda doliendo por la reverencia forzada de antes, y
ojos inyectados en sangre, su mano todavía en
, cerrando la puerta de un portazo que hizo temb
is manos planas contra su pecho, pero era demasiado fuerte. Me presionó contra la pared, su peso pesado,
fuerzas, el dolor en mi espalda dándome una oleada de adrenalina-. ¡Me das asco! ¿Crees que puedes simplemente e
s ojos desorbitados con una
¡Alejandr
lguien que haga tus mandados, alguien a quien sacrificar por tu patética ambición! ¡Te escuché, Humberto! ¡Te escuc
allí, sin palabras, su boca abriéndose
árgate de mi departamento, lárgate de mi vi
luego se dio la vuelta y salió tropezando, cerrando
cabó. Realmente se acabó. Toda nuestra relación había sido una guerra silenci
e, Gregorio me llamó
royecto de desmantelamiento del centro de da
uier lugar, conocido por sus hostiles lugareños y su infraestructura inestable. Lo llamábamos "el cementerio corporativo". Colegas
Al menos no estoy atrapada desmantelando el centro de datos de Monclova", había dicho, riendo. "Ahí es donde las
ra. Solo o
mi pecho. Abrí el cajón de mi escritorio, saqué las pocas fotos personales y una planta,
ue silencios

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