onces, apareció una nueva sección, un bloque de texto crudo y sin leer en la parte inferior. Mi sonr
lda. Mis dedos, ahora entumeci
uevo. Describía a Carla. Su risa. La forma en que se movía en el escenario. La forma en que sus
se en certeza. Su culpa transformándose en un anhelo desesperado por ella. Y las respuestas de
contraban a través de una habitación, manteniendo un lenguaje secreto que no había entendido. Recordé las veces que me había sentido como una ocurrencia tardía,
, siempre esperando lo peor, y sin embargo, de alguna manera, perdiénd
lo voy a decir a Elisa mañana, en su cumpleaños. Es cruel, pero es más cruel se
amente sobre el escritorio. Leo. Su nombre dest
to. Lo había sabido, ¿no? En el fondo, en ese lugar tranquilo e inseguro, siempre había sabido que esto iba a pasar. Por eso
me el corazón, con calma, deliberadamente, en mi cumpleaños. No podía enfrentarlo.
ionando 'enviar' en el contrato de
un dios sin nombre, *que no me encuentre.
lo arrojé sobre la cama. Luego, hundí mi cara en las almohadas, ahogando el mundo, ahogando el dolor. E
e mi familia encontrada, el fin de mi historia de amor. Las lágrimas llegaron, calientes y fur

GOOGLE PLAY