Vista d
tro enmascarado girándose hacia mí. Vi un destello de algo en sus ojos,
a escena. La multitud, momentáneamente aturdida por el apagón, estalló en charlas. En el repentino
ndola de la multitud, su mano firme en su espalda. Su preocupación por ell
del juego "busca a tu alma gemela". El premio: una pintura. Una obra
de cempasúchil, vibrante y lleno de vida, pintado con un estilo inconfundible. El estilo de mi hermana
i voz temblando.
¡Y la artista, la 'maestra' misma, presentará perso
. ¿La 'maestra'? Ana
a, igual a la que Evelyn había usado. La máscara, el pisacorbatas, la postura segura. Era Evelyn. De pi
, mi mente dando vuelt
uplantando a mi hermana. Robando
, un grito incoherente formándose en mi garganta. "¡Es una farsa
or me atravesó la cabeza. La habitación giró. Los sonidos se
fuertes me atraparon. Un aroma familiar: la
filtraba a través de las pesadas cortinas. Bruno estaba sentado en su escritorio, su la
tura de mi hermana. Las descaradas mentiras de Evelyn. I
ndome suavemente hacia abajo. "Tranquila, Da
e? ¡No me importa la fiebre! ¡Evelyn! ¡Está minti
os que siempre habían escuchado mi charla interminable sin juzgar. Los
eptible en su mirada. No sorpresa. No negación. Sino algo más.
a, un espacio sagrado lleno de sus lienzos inacabados, sus pinturas, su alma. Le había mostrado sus pinceles favoritos, le había expl
ncándose de mi garganta. "¿Por qué, Bruno
e noche, tomó un vaso de agua y una pastilla.
rmana para ti? ¿Qué clase de juego retorcido estás jugando?". Mi voz se elevaba, cruda de dolor e

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