img Gardenias y su último adiós  /  Capítulo 2 | 16.67%
Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1063    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:38

sta de Elen

asa, usualmente llena de un silencio sofocante, se sentía vasta y vacía es

da llenó la pantalla. Franco, con el rostro grabado por la preocupación, acunando a Katia en sus brazos. Ella estaba pálida, su cabeza descansando en su hombro. El texto

Esto solo lo confirmaba. Franco había abandonado nuestra fiesta de c

en que Franco me miraba así, su pequeña mano sosteniendo la mía con fuerza mientras estábamos al borde de los sueños de la infanc

ecé hacia el baño, buscando a tientas un pañuelo. El agua fría salpicó mi cara, pero la sangre seguía saliendo. Presioné papel higiénico firmemente contra mis fosas nasales, inclinándome

en la puerta

¿Estás

severa pero con un

la cara, tratando de

r. Solo d

boca, saborea

Eduardo estaba allí,

estudio

Franco ya estaba allí, de pie rígidamente ante su padre, con la mandíbula apre

, su voz resonando en la silen

co se abrieron c

no. No

u punto más fuerte y

eligrosamente baja-. Deshonraste a esta

ra. No se doblegaría. No por nadie. Ni siquiera por su pad

mí, este espectáculo. Pero no lo quería. Solo quería desaparecer. Fr

a mí, su expresión sua

e. Necesita

contraste con el trueno que ac

distante, cualquier cosa para evitar la tormenta que se gestaba en sus ojos.

mi habitación amortiguó las palabras airadas, el silenc

de la noche. Cuando desperté, la habitación estaba oscura salvo por una rendija de lu

odía sentir la intensidad de su mirada. Por un momento fugaz, recordé al niño que solía colarse en mi hab

oz era baja, peligrosa-. Corri

me, la cabeza

no lo hice.

subió por

paso má

a lo de Katia. Lo del hospital

ón pesaba

mi voz ronca. Mi gargant

lo te quedaste ahí, jugando a la pobre prometida ofendida, dejando que mi padre

alvajemente

estás aquí haciendo una escena, acusándome, ha

elación. Él veía lo que quería ver. Yo era la villana, el obstáculo,

convulsionó. Apenas llegué al baño, tapándome la boca, y v

n sonido ensordecedor que vibró a través de

pejo. Mi rostro estaba pálido, mis ojos hundidos. Un fan

a. Me arrodillé, mis dedos torpes con el pestillo, y saqué una pila de papeles. Un informe

fundamente en las sombras. Él nunca

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY