img El pérfido juego de mi esposo  /  Capítulo 4 | 16.67%
Instalar App
Historia

Capítulo 4

Palabras:1081    |    Actualizado en: 31/10/2025

ista de An

nfante de Dolores se congeló, su tenedor a medio camino de su boca. La máscara de dulce inocencia de Sofía se deslizó, revelando un destello de g

habían preparado para lágrimas, para acusaciones, para una pelea

leta cuidadosamen

ntemente firme. Eché mi silla hacia atrás y

os medidos. Podía sentir su mirada colectiva so

ndr

me siguió. Me alcanzó en el pasillo,

quieres decir con que crees q

i brazo, luego de

z plana-. Es lo que tu madre quiere.

rado-. Es solo... para mantener a mamá feliz. Sabes cómo es. La

una fría ironía que no pareció notar-.

stre

é. Te dije q

cio más condenatorio q

seas así. -Intentó acercarme, usar la intimidad físi

ncendido. Aparté mi brazo de su agarre, una p

adable? Solo estoy tratando de ser la c

or un familiar destello de frustración. No estaba interpretando mi papel. No le estaba facilitando las

tensión no expresada. Yo era una presencia extraña, mi plácida

la sala, con una pila de revistas en su regazo-. Trá

abría apresurado a obe

a taza de té, con un libro abierto en

traértelos -d

pe. Su rostro, generalmente una máscara de control satisfecho, era una imagen de incredulidad. Sofía

Dolores, su voz tens

de Sofía

zó una mirada que era puro vene

mienzo. Vi a Sofía bajar, sus tacones haciendo clic con enojo en las escaleras, y entregarle los lentes a Dolores. Vi el des

-anunció Dolores, su mirada fija e

le encantaría -respondí, pa

res eran una línea delgada y blanca. Pero me habían pintado como la villana, la esposa ine

a empujar la silla de ruedas de Dolores haci

ardín descendía suavemente hacia una puerta de hierro forjado que daba a la calle. E

Dolores. Cuando me puse a su nivel, Sofía tropezó de repente, empujando la sil

. La silla de ruedas, ahora libre, comenzó a rodar, g

adelante, mis dedos rozando el frío manillar de metal, tratando de dete

ces cuand

asiento. Su mano, fuerte y brutal, salió di

lón se enganchó en el borde del camino de piedra. Perdí el

l asfalto de

co puro y estridente. El chirrido

n mi pierna. El mundo se volvió negro, luego es

último que vi antes de que la oscuridad me consumiera fue a Dolore

estaban

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY