ista de An
tamante, vestida con un vestido blanco de verano que gritaba una inocencia que no poseía, dirigía a dos hombres de la mudanza que acarreaban u
do un baúl Louis Vuitton-. ¡Está lleno de
o merodeando
í parada como un fantasma. Ven y ay
ctamente maquillado dispuesto
quiero molestar a Andrea. -Me dedicó una sonrisa dulce
abrazos de su silla con una fuerza sorprendente. Noté el color saludable de sus mejillas, la claridad brillante y alerta de sus ojos. Durante dos años
ando con una vitalidad recién descubierta-. Creo que todo el descanso finalm
eneficio, una cruel y delib
res -dijo Sofía efusivamente, corrien
lmeó la ma
ado una nueva oportunidad en la vida. Por eso he dec
gua en la mano. Se estremeció, una tensión apenas perceptible en sus hombros. No me mir
o, su voz un murmullo bajo-
e Dolores fu
a chica sensata, en el fo
alentonada
chicos empiecen a subir mis cosa
, su voz resonando en el espacio cavernoso. Oí un fuerte golpe en el
tografías enmarcadas, las que había tomado en nuestros viajes, las que Héctor había dispuesto minuciosamente en la pare
u voz goteando un remordimiento falso-. Fue un a
y esparcidos. Un destello de algo -¿dolor?, ¿arrepentimiento?- cruzó su rostro antes de ser rápidamente s
ncio como un permiso,
red sería perfecta para esa litografía de Frida Kahlo que a
a en el aire, un dardo
cipal. Nuestr
scensor privado de la casa pa
es mover tus cosas a la habitación de invitados al final del pa
obre mí. Esta era la pru
or, clavand
quietantemente tranqui
rendido, lue
a, esp
a tocando mis labios-. ¿No es esto lo que quería
acia atrás. Podía sentir sus ojos sobre mí, llenos de una confusión que era demasiado cobarde para expresar. Co
mariscos, camarones al ajillo, jaibas rellenas. Cada uno de los platillos era algo a lo que yo era alérgica.
ba, una sonrisa bu
ba ocupado sirviendo el pl
fía. Es la espec
nto fue una piedra fría y dura en mi estómago. Siete años
lmente volviéndose hacia mí, su tono d
i un pequeño bocado al arroz blanco si
ió el
he? Has estado actuand
ponder, Dolores habló, s
alud está mejorando, y Sofía está aquí para quedarse..
e los dedos, resonando rui
se dirigieron a mí. Por un
riz, le puso una mano
a todavía están... casados. -Dijo la palabra como si fuera
lo para esta familia. Necesitamos celebrar. Héctor
s suplicantes. *Di algo
de ayudarlo. Había ter
ró la g
drea y yo necesita
ébil y endeble, y
lenciosa y agraviada. Esperaban que llorara, que gritara, q
fante de Dolores, el júbilo apenas disimulado de
anquila y serena que se sentía c
ije, mi voz tan suave como el crista

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