andr
ones de Caridad, la puerta se abrió de nuevo de golpe. Damián
suéltala
ne como garras, y me arrancó de ella. La fuerza me hizo tropezar hacia atrás, mi hombro golpeando con fuerza co
suelo, jadeando y tosiendo
a su lado, la tomó en sus brazos,
í -murmuró, su voz cargada de una tern
ojos ardiendo
ando a tu padre para el traslado al Zambrano
ivio, pero fue inmediatamente ahogado p
a por el dolor y la sospecha. N
sacó su teléfono y marcó un número
la jefa de
óvil, conectado a una docena de máquinas. Un equipo de médicos se afanaba
ilizando para el traslado ahora.
amián, la adrenalina que me había estado impulsando se
mián -dije, las palabras s
, acariciando suavemente su
as rid
endo ridícul
No se acabó. Teníamos un trato. En las buen
En el momento en que la deja
ró, sus ojos frí
la que no puede controlarse. -Miró el rostro ensangrentado
n gruñido bajo y posesivo-. Por Dios, por la ley, por t
su tono me provo
blanco estaba manchado con la sangre de Caridad de mis dedos. Lo encendí, el humo acre una quema
dijo Damián, su voz volviendo a su tono
un sonido a
ces a arreglarme. Esa siem
Pasó la siguiente hora limpiando y vendando meticulosamente la herida, sus manos suaves, sus ojos llenos de remordimiento. La cicatriz t
nsaje a mi abogado: `Prepara los papeles. S
legué, mi padre ya estaba en la unidad de cuidados intensivos. Corrí hacia su habitación, mi corazón l
propio yerno se negó a ayudar al principio
protesta mientras me estrellaba contra la pared para sostenerme. Me impulsé, mi
onces
rítmico del monitor cardíaco había desaparecido, reemplazado por un
o
no
é en la habitación, mis piernas sintiéndose como pl
piel era cerosa y gris. Sus ojo
ndo su brazo-. Vamos, papá. Est
itación estéril y silenciosa. No
bé contra la cama, mi cuerpo temblando con un dolo
ces lo
ado. Una carcajada ligera y
drías traerme ese licuado de kale orgánico del lugar
olor. Me levanté, mi cuerpo temblando
ama, sonriendo a Caridad, que estaba recostada contra una montaña de almohadas. Su rostro es
la puerta. Su son
oteando falsa simpatía-. ¿Viniste a ver c
cuando vio mi rostro. No me miraba a los ojos. Mir
hacia la
me, D
e mo
la cabeza, haciéndole enfrentarme. Sus ojos estaban llenos de a
mi voz quebrándose-.
cambió. Solo me miró, su r
tu pérd
dida". El tipo de frase vacía
escapó de mis labios. Entonces, la rab
ando en la silenciosa habitación como un disparo. Su cabeza s
Caridad, tratando de salir
na bofetada, tan fuerte que su cabeza
mi ojo y trazó un camino por mi mejilla. Me miró entonces, realmente me miró, y su máscara
abello cayéndose a mechones, él me había abrazado y llorado, su cuerpo temblando de dolor y miedo. Yo lo había abrazad
palabras crudas y rotas-.
te suave, extendiendo la mano h
erpiente-. Prometiste un "gran funeral" para mi padre. Una promesa
palabras, su ceño fru
levándose a un tono histérico-. ¡O
, su voz apaciguadora, como si hablara con una
esa. No v
iler de plata de mi moño. Era un regalo suyo, de un viaje a
clavé el alfiler profundamente en el hombro, el
, tambaleándos
ra resbaladizo por su sangre. Miré su rostro sorpren
voz mortalmente tranquila-. Quiero que levantes

GOOGLE PLAY