ila
Pero había subestimado severamente la tenacidad de Fabiana. No era solo una d
abitaciones donde no pertenecía. Interpretó el papel de la futura nuera perfecta hasta un grado nauseabundo, siempre re
n en una especie de deporte para ella, u
pero distraído, o cuando mis padres es
sonrisa compasiva-. Es un poco severo para una mujer joven. Deberías dejar que te
un tono de fingida admiració
mpresionante! Pero en realidad, no necesitas esforzarte tan
te, un caso de caridad, una solterona en formación aficio
urante una pequeña cena familiar con algunos primos de Don Ricardo. U
nte maravillosa, Camila. Tus padr
adecerle, Fabiana, que estaba sentada a mi lado, me rodeó los hombros con
ó la palabra "hermanita" con una palmadita condescendiente en mi brazo-. De hecho, una vez que Bruno y yo estemos casados, voy a hacer mi misión personal e
e quedó e
s primos intercambiaron miradas incómoda
o como si fuera una propiedad de la que deshacerse, frente a mi
enfrió. Lentamente
sa para que controlara a su novia. Bruno, para su crédito, parecí
ana,
vertencia o no le importó. Tomó un espárrago
s. Estás demasiado delgada -dijo,
maquillado, sus ojos sonrientes y petulantes. Y algo dentro de mí, algo que había
o imperdonable, cuando una voz profund
bia
nó en la silenciosa habitación. No la estaba mirando, pero su v
uturo es suyo para decidirlo. Su lugar en esta casa es permanente e innegociable. Esta es la úl
ó. Su rostro pasó de petulante a b
os desorbitados por la conmoción-. Yo
e volviéndose para mirarla. Su mirad
y tomó un sorbo, dando
sa. Sabía que debería haberme sentido victoriosa. Mi padre me había defendido, inequívocamente. Pero todo lo que s
o lado de la mesa, una mirada de odio puro e inaltera
-

GOOGLE PLAY