franjas doradas sobre los documentos perfectamente ordenados en su escritorio. Catalina se encontraba frente a él, con una mezcla d
el silencio con su voz grave y firme
ataba de otra prueba laboral, otra tarea imposible. Pero había algo en el
preguntó, tratando d
evaluara su reacción. Finalmente, abrió un expediente que había e
nombres, fechas, transacciones financieras y fotografías antiguas. Su cora
dijo, con un hilo d
u silla, cruzando los brazos,
rita Vega. Y de lo que represe
ía hacia dónde se dirigía la conver
r, aunque ya sentía un peso fa
si llevara años es
de diez años. Fraudes financieros, traiciones, movimientos estratégicos que destruyeron empresas
bajo, más que cualquier desafío que hubiera enfrentado hasta ahora. Su corazón se aceleró y su mente b
lbuceó-. No tenía n
a, sus ojos grises f
apellido la hace responsable de algo que ocurrió antes de
undo se cerraba a su alrededor. Cada logro, cada sacrificio, cada día de esfue
o por eso? -preguntó finalmente, con voz
ventana, mirando la ciudad como si pudiera encontrar respues
ito. Usted es la pieza que necesito para en
a de un juego que no entendía, un tablero en el que
-insistió-. No soy responsable
l apellido es suficiente. Cada Vega es un recordatorio de lo que perd
e un destino que no había elegido la golpeaba con fuerza. Su orgullo y su dignidad es
trolar-... todo esto... todo lo que está pasando..
su presencia imponente y f
es. No me interesa si su corazón se siente mal o si cree que es inj
ión y vulnerabilidad era abrumadora, pero ta
peón, se equivoca -dijo con
isa tan sutil que solo
Que tenga fuerza, determinación y voluntad...
sería igual. Su apellido, que siempre había llevado con orgullo y cierta inocencia, ahora era una condena, un
contra su pecho, sintió un miedo nuevo. Pero también una determi
l ascensor, la voz de D
la pieza q
... y que el tablero estaba cargado de secret