rabajaba en dos empleos para poder pagar las cuentas, cuidaba de sus heridas y pensaba que nuestro amor era lo único que
gante tecnológico Gavin Hawkins, CEO de Hawkins Industries, anunció hoy su compromiso con la vicepresidenta Heidi
o había tallado con esmero para nuestro aniversario, mientras la besaba de una manera intensa y posesiva. El estómago se me revolvió,
puestas. Allí lo encontré, riendo con Heidi, como si yo no existiera. Ignoró mi llamada y me envió un men
atravesó mi cabeza, y entonces los recuerdos regresaron. El accidente no había sido tal: Heidi conducía aq
omprobar si lo amaría incondicionalmente. No era un esposo, era un monstruo... y yo, su prisionera. Pero la r
ítu
ños creí que é
la peor parte de la ciudad. La pintura se descascaraba
y de noche limpiando oficinas, s
mantenerse a flote. Llegaba a casa agotado, lleno de moretones
evoto del mundo, que mi sonrisa er
ria. Él me encontró, me cuidó y aseguró que estábamos casados. Nun
cina. Había juntado propinas durante semanas para comprarle
tadora anunció con entusiasmo: "El gigante tecnológico Gavin Hawkins, CEO de Haw
a, molesta por
uedé h
lla estaba
mento y tenía el brazo alrededor de una mujer impresionante con
urré. No
ue tratarse de alguie
la, la cicatriz sobre la ceja izquierda de la que me había
a
Gav
r, Heidi Daniel. No fue un gesto rápid
ogió, la cabeza comen
ces l
plata, estaba la figura de pájaro tallad
nas en esa pieza, la había tallado con paciencia y se la regalé en nuest
miles de dólares, mientras besaba
uve que apoyarme en la
impregnando la cocina con
baleándome. Necesitaba verlo
tan temblorosas que apenas pude
le pedí al conductor
, fijándose en mi ropa gasta
cond
o y acero, a años luz de mi barrio deteriorado.
n Hawkins", le dije
ada, con una sonrisa b
oy su... lo
temo que no tiene tiempo para...". Hizo una pau
: "Gavin, cariño, la pre
a en persona. Caminaba hacia los ascen
Gav
a inclinada hacia
Él le susurró algo al oído y ella rio
raición era fría y cortante,
s años habían si
, que las piernas iban a cede
pantalla agrietada. Marqué su nú
sonrisa se le borró en cuanto vio mi nombre en la pantalla. Mir
ue me vería. Que nuestr
llamada y volvió a deslizar
pareció segu
edo hablar. Llegaré tarde esta
Un sollozo escapó de mi garganta, crudo y des
tenía frente a mí, mi
a vida era
a que pudiera pagar sus "suplementos de entrenamiento". La
una bro
ó mi cabeza, tan inten
recuerdos lleg
os tres años, sino d
auto nunca fue
. Recordaba a Heidi Daniel al volante, con esa s
ido su protegido, el alumno más prometedor. Después de que él murió
a cuando lloraba, se aseguraba de que comiera. Se hizo cargo de la em
e quería, lo conseguía. Decía que yo
e lo normal. Una noche confesó que me había amado durante años. Yo era joven, estaba de
Ambiciosa, hermosa, despiadada. A él le intrigaba. Comen
eleamos. Le dije qu
tarle, tomar mis llaves y salir
hoque. Después,
asegurándome que era su esposa, Ainsley Lara, y que
a una vida. Una men
ficción, la construyó co
a pobreza para comprobar si lo seguiría amando sin condi
insoportable, como si mi c
ad notó mi estado. "¿
destrozado mi vida, mientras subía al ascensor con su
, sus ojos finalmente se encontraron
una chispa de fastidio, como si mirara u
olo se quebró.
sificó, un calambre intenso hizo
, gritó el
sonido era el rugido en mis oído
de fregar pisos y lavar platos. Pens
dor en apuros.
ra solo s
prisi
da se apoderó de mí, r
dría con
ría su
simulando mi