téreo que no llegó a mis ojo
nto tiempo", continué, interpretando mi papel
Eduardo, su voz repentinamente ag
ando un paso más cerca. "Yo cuidaré de
ombre que me dejó casi morir de un corazón roto? ¿El hombre que se quedó de brazo
pasillo, agarrándose el estómago.
instante. Corrió a su lado, su rostro grabad
voz llena de pánico. Bajó corrien
ió a quedar
as con mis brazos. La máscara que llevaba se desmor
to, las sequé. No l
s de Eduardo yo misma. Llené caja tras caja, sellan
e los gemidos falsos de Karla y los susurros tranquilizadores de E
ojos, aisl
mió en el caos. Las luces se encen
jando a Karla por las escaleras de n
empeorando". "El señor Garza está muy preoc
islando el ruido y
aba servido en la mesa del comedor para darles la bienven
me miró con falsa simpatía. "Lo siento mucho, Damián es
e y despectiva. "Haré que te prep
omiendo en silencio. La comid
entras él le pelaba un camarón. Lamió deliberadamente l
se apoderó de mi garganta,
egunté al chef: "¿Qué tipo de ac
horror creciente. Escupí
de cacahuate, señora. El señor Garza dijo que
apretó e
e alérgica a l
a reacción tan grave que me llevó de urgencia al hospital en medio de la n
lla, por su bebé, había olvid
í el pecho apretado y mi respiraci
andaba mal. "Elena, ¿qué pasa?"
, pero no sali
as se levantaba, moviéndos
to agudo, agarrándose el estómag
o se c
azul, luego miró a Karla, su
su de
sus man
y levantó a Kar
llevo al hospital", d
vió a
último que vi fue su espalda mient