ar cuando llama
u expresión era de cansada preocupación. La
de su hermano, la complexión de su hermano. Pero la forma en que se
jo de los de su hermano, un doloroso recuerdo de mi esp
lsillo, mis nudillos bla
e, saqué
apenas un susurro. "¿
arga se dibujó en sus labios. Era una expresión f
a", dijo con fluidez. "Su último
siento, Elena. Con todo lo que ha
a en mis ojos. Pasé el pulgar por
e este reloj, Damián?",
antes de negar con la cabez
a, sobre escalones de piedra. Recé durante tres días y tres noches en una
contraron con los suyos. "Lo hic
or un segundo, vi una griet
a deliberada. "Me abrazó toda una noche después de que regresé, dici
tragar. Un destello de
.. extremo?", preguntó, tr
mi mirada inquebrantable. "Y hab
incapaz de mirarme a los ojos. El aire en la ha
"Elena, ya que era suyo, tal vez debería guardarlo
pero mi mente estaba clara. Se
con cal
ncionó", dije, con un
dido. "¿Qué qu
, mi voz teñida de una frialdad esc
n humor. Mis ojos estaban
, tomé el encendedor desech
ó vida, su luz danzand
de par en par por la sorpresa.
tarde. Sostuve el reloj contra la llama. L
ia abajo, como los resto
el aire, luego cayó in
ento, la puerta
"Damián, cariño, ¿por qué tardas tanto?". Envolvió su
la sorpresa fue reemplazada por una mirada s
o radiante de alegría. Sus ojos se dirigieron haci
embar
teando dulzura. "Parece que la familia G
a habitación
clavaron en
ía pasado poco más de un mes
abeza y miré al hombre c
ura alegría, y luego a una mirada de ab
ada uno de sus movimientos lleno de un
oneo. "¿Ves, Damián? Este es un regalo de Eduardo. Nos e
, una cosa extraña y hueca. "Felici
que yo estaba allí. Ayudó a Karla
un vasto y escalofriante vacío. Mi esposo, llorando su propia muerte al comen