vir en nuestro penthouse. Nuestro matrimonio era un contrato: mi sumisión emocional absoluta a cam
guardias me sacaran a rastras de la cama del hospital. ¿Mi crimen? Tenía
boca el caldo de pollo especial que su chef
er un vaso de tequila tras otro, sabiendo que
de agonía, su amante se agarró el estóm
ada calculadora cruzó su rostro. Realmente estaba considerando esa farsa. En ese
a. Eva se inclinó y susurró: "Ya que tantas ganas tienes de dejarme, v
go a su mundo y me fui para
ítu
ertura para la cumbre de tecnolo
de la élite tecnológica de la Ciudad de México, guardó silencio por un instant
de Eva. Ella era la CEO de Grupo Valdés, un gigante tecnológico que heredó y con
alista de una banda de rock alternativo con futuro. Aho
años de servidumbre emocional sin intimidad física. Una regla de "cero contacto" que Eva imp
ontacto o sexo, sino de una sumisión espi
amor, tenía que so
favorita con sus propias manos el día que le d
voz tranquila mientras hacía añicos la madera y las cue
eron los j
iente era
suave como la seda, me
es extravagante cuya energía artística era un eco cruel del hombre que yo
y gélido, buscaron los míos. Quería ver el
do un brazo por la cintura de Eva-. ¿
a y su lindo juguetito, y su esposo con cara de pied
frase estándar, la que siempre la satisfac
palabras correctas y vacías. No mostraba celos, ni ira. Solo una aceptación silenciosa e inquebrantable.
en mis huesos; era un peso físico en mi pecho. Estaba cansado del jueg
ltitud aulló. Eva me lanzó una mirada, una pequeña sonrisa triunfante jugando en sus la
o le daría es
co seguirí
nte alta como para ser escuchada por encim
uesta. Sentí sus ojos en mi espalda, una me
besando, un beso completo y público. Y Eva... Eva no lo estaba mirando a él. Estaba mirando mi
bajo. Durante cuatro años, había interpretado el papel del esposo devoto y sin pasión. Había renunciado a
mal gusto, y yo ya n
úmero que había guardado hacía semanas con un nombre ge
moviéndose con una finalidad q
rita. Bravo. Necesito el divorcio de Eva Valdés
hecha a sí misma que, según los chismes, estaba en fase terminal y buscaba un esposo por
el m
espués, mi c
ientos. Se le enviará un auto. Sin embargo, la Sr
a. Una condición. Por supu
í: "¿Cu
ta llegó a
cunstancias y desea tener una familia. El procedimiento será manejado por nuestro
prisión a otra. Eva había intentado asegurarse de que nunca pudiera tener un
la cara de Eva, esa mirada de crueldad triunfante. Pensé e
n la li
cribí, y pre