habitación, intentando encontrar una pizca de paz entre los ecos de lo ocurrido la noche anterior. A pesar de que Lorenzo
siempre observando, evaluando cada movimiento de Lorenzo, y los hermanos de Ana, es
ba era el aire tenso que flotaba alrededor de Lorenzo, como si todos los de su familia lo estuvieran evaluando, juzgando cada palabra, cada acción
rta la hizo salir
-La voz de José Luis
la puerta, viendo a su hermano
ta con un movimiento brusco. Su rostro mostr
os, mientras se apoyaba contra la puerta. - ¿De verda
o, sintiendo la pr
spondió, intentando mantener la calma, a
trajiste a la cena como si fuera alguien de nuestra clase. No tiene ni idea de cómo comportarse. ¿Viste la forma en que se se
o era diferente. Lorenzo no encajaba, lo sabía, pero no quería seguir las reglas que su
e. - Es un hombre con principios. Y no quiero que sigas hablándole así, p
ástica y caminó hacia la vent
estás perdiendo la cabeza. -Se giró hacia ella, su tono ahora más grave. - No puedes se
tenía razón en un sentido: Lorenzo era un hombre de un mundo completamente
antándose de la silla y acercándose a él. - Él me ayudó, me salv
, una mezcla de frustración
bre, un legado, una posición. Este hombre no entiende nada de eso. Y si sigues con él, solo nos está
vertencia, un recordatorio de que todo lo que había construido su familia podría venirse abajo
uave, pero firme. - Lo que me importa es ser feliz, José Luis. Y s
piro, como si estuvier
reguntó, con frustración. - No entiendes q
as llenas de determinación. - Así que si no vas a aceptar a Lorenzo, entonces... -dudó por un momento- ...
, su expresión su
tó, con una ligera incertidumbre. - ¿Qué si ella dec
mirando al suelo. - Pero n
lencio durante unos segund
ero sigue adelante. Verás lo que va a
as familiares sobre sus hombros, pero había algo más que eso, algo que la empujaba a seg
dmitirlo, las tensiones dentro de la familia Cordero lo afectaban más de lo que esperaba. Las miradas de d
za, como alguien que no pertenecía a su mundo, alguien que no podría encajar. Pero lo que Lorenzo no entendía era por qué Ana seguía luchando
o, una posición." Lorenzo nunca había sido un hombre de estatus ni de lujos. Pero quizás, en algún