y silenciosa. Todo lo que quería era meterse en la cama y dorm
las escaleras cuando la voz de
te oc
yn aferrada a su brazo com
ció. "Quiere tu pasta con t
recordarle su lugar. Ya no era la
ó con un giro cruel de sus labios, "te
staban firmes mientras cocinaba, pero su corazón era un bloque de hielo. El rico aroma de las tru
velyn picoteó su comida, luego
unció, mirando a Ana
iró fijamen
iles. Sería mu
dido mucha sangre. Su cuerpo gritaba en protesta.
resión inflexible. "Hazlo, An
ción, su cuerpo se sentía desconectado, como una marioneta cuyos hilos eran tirado
vesó el abdomen. Fue tan intenso que le rob
Miró hacia abajo. Una mancha de color rojo oscuro
. "¡Puaj, qué asco! ¡Jacob
ulsión. "¿Qué te pasa?", rugió. "¡Estás haciendo u
bien. No mostró ni una
, su voz goteando
o, y la sacó de la habitación como si Anabel no fuera
ro el dolor en su corazón era peor. No lloró. Había aprendido que las lágrimas eran inútiles
rdo y constante. Estaba acostada en su cama, mirando al tech
ostenía un cuchillo peque
elyn, su voz un siseo venenoso. "Él es
ndo la muñeca de Evelyn. El cuchillo cayó al suelo con
o de matarme!
lyn en el suelo, agarrándose la muñeca, y a Anabel de pie sobre ella. No pre
ilbó en el aire antes de conectar con su espalda. El
tó, su voz ronca de fu
uerte. En e
ella. Fue una agonía desgarradora, que le revolvía las entr
, un torrente rojo que empapó su rop
b
se hab
acia él, su visión se estrechaba. "El