ra, un multimillonario del mundo de la tecnología que le prometió todo.
o cambió. Evelyn, un susurro manipulador en el oído de Jacobo, e
ando a Anabel, obligándola a cambiarse de vestido porque "alteraba" a Evelyn. Luego negó su embarazo, la for
ndola de todo lo que le había dado, incluso el violín de su abuelo, que Evelyn destruyó deliberadamente. Anabel, r
Anabel era una mentirosa infiel. Buscó una venganza brutal contra Evelyn, pero la
io de conveniencia con Julián Córdova, un héroe de guerra en coma. Ella lo cuidó hasta que recuperó
icando perdón. Pero Anabel, endurecida por su crueldad, lo rechazó fríamente, eligiendo su nueva
ítu
conservatorios. A los catorce años, su violín hablaba un lenguaje más antiguo que la
un nombre: J
erio construido a base de código y ambición. Se sentó en primera fila, su mirada fija no en sus dedos, sino en el alma que ella derrama
u mentor, su amante. Convirtió su empresa, Herrera Corp, en un titán glo
recía hambrienta, se convocaba a un chef. La mudó a su enorme mansión en San P
pués, estaba en sus manos, su estuche descansando sobre la cama de ambos. El precio era una cadena d
onfianza, podían entrar sin permiso. Le dio una llave en su primer aniversario. "Este lug
tu música, Anabel", le susurraba, trazando la curva de
jó que él construyera una jaula dorada a su alrededo
ba del divorcio de sus padres, un desagradable espectáculo público que le había enseña
dejaban al público llorando, ella sacaba el tema con delicadeza. Cada vez, él se cerr
iversario del día en que
a la luz de las velas en su balc
te co
alvaje y gozoso. Las lágrimas brotaron de sus ojos, y solo pudo asentir, un sollozo ahogado de felicidad escap
e logró respira
sonrisa que era solo para ella. Pero
a vaciló.
do por un mal momento. Necesita un lugar donde queda
a hermana menor de Jacobo, del segundo y desastros
un gran alivio. "Puede quedarse todo
a mirada. "
ra un fantasma en su hogar, un susurro de veneno en el oído de Jacobo. La mansión vol
líneas rosas en una prueba de embarazo. Una alegría secreta y preciosa floreció en su pecho. No podía esperar para decírselo a J
stido azul que a él le encantaba. Lo encont
e Jacobo, sollozando. Sus delicados hombros temblaban. Jacobo le
tó Anabel, su propia
ojos fríos. "Es nuestro anive
to que no. Esta
tan frágil desde su último... episodio. Planeó
undió. Miró la mesa del c
mos solos esta noche", dij
es una extraña. Es mi hermana y es
é, pe
podría provocar una recaída", dijo Jacobo, su voz endureciéndose. Era la misma excusa q
una larga sombra sobre ella. "Cenaremos aquí.
cho semanas atrás, fue olvidada. Su noticia, el hermoso secre
en grave. "Cámbiate de vestido. Ese color es
l mundo, y vio a un extraño. Este no era Jacobo.
aurante", ofreció, como si eso pudiera arreglarlo. Como si
icado de regalo. Lo quer
vuelta y se alejó, la prueba de embarazo sint
l pasillo vacío. "Todo de ti. No solo
y triunfante de Evelyn. "Jacobo, ¿está enojad
ilizador. "Se le pasará", dijo, con la confianza got
tenía a dónde más ir. Pero se hizo una promesa silenciosa en es
a elección, se el
ún
No pudo. En su lugar, fue al d
ndose mientras él abría la
miliar a libros viejos y
te h
a hermana, la cr
dose con cada palabra. Cuando te
sus problemas empresariales y de su hijo, Julián, un héroe de guerra en coma
entras pensaba en los ojos fríos de Jacobo y la sonrisa triunfa
surró. "Me ca