dormitaba en un sillón de la sala, un lugar donde
fermera de
hermana, Jimena. Necesita v
e pie de un salto, su corazón martilleando contra sus
ró decir, ya corrie
, con una copa de vino en la mano. Se había estado quedando en el depa
-preguntó Diamante, su vo
rika-. Ella está
sorbo de su vino-. Estoy teniendo una pes
rándose de ella-. Es mi hermana. Se está mur
damente-. Te necesito aq
las, su cuerpo temblando incontrolablemente.
nte. Déjame despedirme. Haré cualquier cosa. Seré t
ón de diversión distante, como si
x entró, frotándose los o
está p
sus piernas-. Es Jimena. Se está muriendo. Te
de Érika y luego el rostro frío y compuesto de Diama
-dijo, su
uchero, su labio i
e que me protegerías. -Era una exh
de nuevo a Diamante. La guerra
iró
voz dura y fina
golpearon como
Qu
cos están haciendo todo lo posible por Jimena. Solo estorbarás. Q
ándose con incredulidad-. ¡Mi hermana se está muri
ta de toda emoción. Ya no era su esposo. Era una
. No eran dos personas. Eran una sola entidad, un monstruo d
nce. Caminó hacia la esquina donde estaba su nuevo violon
rgo y lúgubre lamento de pura agonía. Cada nota era una lág
. *Por favor, Jimena, aguanta. Por favor
razón roto de Érika, se quedó dormida. Álex la observaba, una mira
s. Los dedos de Érika estaban entumecidos, sus brazos le dolían, pero no se
n la mesa al otro lado de la habitación. Dejó
to por la interrupción. Cogi
Buenas noticias*, rezó. *Por f
ra. Su voz era suave
siento mucho. Su he
dedos y cayó al suelo con un estrépito. Un vacío negro se abrió
ex, su expresión no de tristeza, sino de leve irritación