img El Sacrificio Supremo de una Esposa  /  Capítulo 1 | 7.14%
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Historia
El Sacrificio Supremo de una Esposa

El Sacrificio Supremo de una Esposa

Autor: Gavin
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Capítulo 1

Palabras:1201    |    Actualizado en: 31/07/2025

salpicando un poco de bebida cerca del perro de

radores, golpearon a Jimena con una brutalidad salvaje, dejándola hecha un ovillo en el suelo

prohibió llamar a la policía o hablar con la prensa. Incluso amenazó la vida de Jimena si yo le causaba un problema a la señora Garza. Más tarde, me obligó a tocar el violonchelo para Diamante has

! ¡Es un sacrificio! ¡Y no te estás sac

vada donde Diamante, con una bata blanca, observaba c

ítu

ibición de Diamante Garza rasgó la pe

pezado. Su bebida salpicó cerca de las

n no fue n

a Jimena. No la contuvieron. La golpearon. Fuerte. Una vez. Y otra. La cabeza de Jimena se sacudi

e paso entre la multit

ime

acero le bloqueó el paso.

dijo él, su vo

con los ojos fijos en la figura inmóvil de Jimena. Los guar

rostro una máscara indescifrable. Él era el jefe de seguridad de

que hicieron? -Su voz era

scena, sus movimient

perro. Sabes cuánto signif

i hablara un idioma extranjero. Llegaron a

marás a la policía. No hablarás con la prensa.

corazón convirtiéndose en un

ma? Álex, c

rovisto de simpatía-. Y seguirá así mi

asfixiándola. Este era el hombre que ama

Él era una estrella en ascenso en la seguridad privada, asignado a Diamante

gada de una culpa que parecía no tener fondo-. Los médicos

u vida. Una deuda que sentía que nunca podría pagar. Ahora, Érika veía

alabra quebrándose-. ¿Por

mirada tan dura como el

sonido de la fiesta un eco distante y burlón. Regresaba con su

en terapia intensiva, su rostro una masa hinchada e irreconocible de moretones. Los médico

steniendo la mano inerte de su hermana. Intentó

y vacío departamento en Polanco, él

-preguntó,

s intensivos. Ál

ó hacia el bar, si

rotocolo. El perro vale

a vertiginosa o

activo. Es mi her

con el vas

ipo legal de los Garza la hundirá. Dirán que estaba drogada, que los atacó. La arruinarán. -Tomó un sorb

ía. El hombre que la abrazaba por la noche, que se reía de sus malos chistes, que una vez

un departamento diminuto. Él había vendido su preciado reloj antiguo, el que su padre le habí

Érika -había susurrado, trazan

lugar había un extraño, un mons

ras esto, ¿verdad? -preguntó

egida -dijo él, su voz plan

o? ¿No hemos suf

lgo en sus ojos -dolor, conflicto-, pero desapareció tan rápido

ó, como si fuera una ley de la física-. Ahora,

trozado. Mientras Érika caminaba hacia su habitación, lo entendió. Su matrimonio ya no era una soc

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