quemado y pan dulce. Ella entró como si fuera la dueña del lugar, con sus tacones caros haciendo un sonido agudo sobre el piso de b
or. Su voz era dulce, melosa, pero sus ojos e
irándola, boquiabiertos. Yo seguí limpi
jando" , resp
ero la retiré rápidamente. Sus uñas, largas y pintadas de un ro
lar, a menos que traigas mi dinero"
r favor. No seas así. He pensad
nta? ¿O cuando tuve que dejar la universidad porque no podía pagar la colegiatura? ¿Pensaste en m
voltearon a vernos. La cara de Sofía se contrajo en u
siseó. "No hag
para que saquen a la hija pobr
stá. Una invitación a la fiesta de compromiso de Isabella. Quiero que veng
sa conocerla"
matismo calculado. "Sus riñones están fallando. Rápidamente.
r, pero ella se me adelant
Necesito que le done
de la calle, todo se desvaneció. Solo podía oír sus palabras, repitiéndose en mi cabeza. No solo quería que la perdon
. "Mi turno terminó" , le dije a mi sorprendido je
ina más alejada. Me senté y la
s" , dije sin rodeos. "Eso
ierta. "¿Estás loca?
no. Llámalo el precio de la vida de tu preciosa Isabella. Llámalo el costo de poder seguir fin
te cronometradas. "No entiendes, Elena. No es tan simple. Ricardo,
ema tuyo, no mío" , dije,
, su voz temblando de una m
ca, donde la cicatriz blanca era apenas visible. "¿Ves esto? Me lo hice corriendo detrás de ti, pensando que volverías. Cada vez que
l caos, con su mundo perfecto comenzando a desmoronarse. El aire de la calle se s